lunes, 21 de junio de 2010
El arte de amar entre padres e hijos
Al nacer, el infante sentiría miedo de morir si un gracioso destino no lo protegiera de cualquier conciencia de la angustia implícita en la separación de la madre y de la existencia intrauterina. Aun después de nacer, el infante es apenas diferente de lo que era antes del nacimiento; no puede reconocer objetos, no tiene aún conciencia de sí mismo, ni del mundo como algo exterior a él. Sólo siente la estimulación positiva del calor y el alimento, y todavía no los distingue de su fuente: la madre. La madre es calor, es alimento, la madre es el estado eufórico de satisfacción y seguridad. Ese estado es narcisista, para usar un término de Freud. La realidad exterior, las personas y las cosas, tienen sentido sólo en la medida en que satisfacen o frustran el estado interno del cuerpo. Sólo es real lo que está adentro; lo exterior sólo es real en función de mis necesidades -nunca en función de sus propias cualidades o necesidades-. Cuando el niño crece y se desarrolla, se vuelve capaz de percibir las cosas como son; la satisfacción de ser alimentado se distingue del pezón, el pecho de la madre. Eventualmente, el niño experimenta su sed, la leche que le satisface, el pecho y la madre, como entidades diferentes. Aprende a percibir muchas otras cosas como diferentes, como poseedoras de una existencia propia: En ese momento empieza a darles nombres. Al mismo tiempo aprende a manejarlas; aprende que el fuego es caliente y doloroso, que el cuerpo de la madre es tibio y placentero, que la mamadera es dura y pesada, que el papel es liviano y se puede rasgar. Aprende a manejar a la gente; que la mamá sonríe cuando él come; que lo alza en sus brazos cuando llora; que lo alaba cuando mueve el vientre. Todas esas experiencias se cristalizan o integran en la experiencia: me aman. Me aman porque soy el hijo de mi madre. Me aman porque estoy desvalido. Me aman porque soy hermoso, admirable. Me aman porque mi madre me necesita. Para utilizar una fórmula más general: me aman por lo que soy, o quizá más exactamente, me aman porque soy. Tal experiencia de ser amado por la madre es pasiva. No tengo que hacer nada para que me quieran -el amor de la madre es incondicional-. Todo lo que necesito es ser -ser su hijo-. El amor de la madre significa dicha, paz, no hace falta conseguirlo, ni merecerlo. Pero la cualidad incondicional del amor materno tiene también un aspecto negativo. No sólo es necesario merecerlo, mas también es imposible conseguirlo, producirlo, controlarlo. Si existe, es como una bendición; si no existe, es como si toda la belleza hubiera desaparecido de la vida -y nada puedo hacer para crearla-.
Para la mayoría de los niños entre los ocho y medio a los diez años (Cf. la descripción que de ese desarrollo hace Sullivan en The Interpersonal Theory of Psychiatry, Nueva York, W. W. Norton and Co., 1953.), el problema consiste casi exclusivamente en ser amado -en ser amado por lo que se es-. Antes de esa edad, el niño aún no ama; responde con gratitud y alegría al amor que se le brinda. A esa altura del desarrollo infantil, aparece en el cuadro un nuevo factor: un nuevo sentimiento de producir amor por medio de la propia actividad. Por primera vez, el niño piensa en dar algo a sus padres, en producir algo -un poema, un dibujo, o lo que fuere-. Por primera vez en la vida del niño, la idea del amor se transforma de ser amado a amar, en crear amor. Muchos años transcurren desde ese primer comienzo hasta la madurez del amor. Eventualmente, el niño, que puede ser ahora un adolescente, ha superado su egocentrismo; la otra persona ya no es primariamente un medio para satisfacer sus propias necesidades. Las necesidades de la otra persona son tan importantes como las propias; en realidad, se han vuelto más importantes. Dar es más satisfactorio, más dichoso que recibir; amar, aún más importante que ser amado. Al amar, ha abandonado la prisión de soledad y aislamiento que representaba el estado de narcisismo y autocentrismo. Siente una nueva sensación de unión, de compartir, de unidad. Más aún, siente la potencia de producir amor -antes que la dependencia de recibir siendo amado- para lo cual debe ser pequeño, indefenso, enfermo -o "bueno"-. El amor infantil sigue el principio: "Amo porque me aman." El amor maduro obedece al principio: "Me aman porque amo." El amor inmaduro dice: "Te amo porque te necesito." El amor maduro dice: "Te necesito porque te amo."
En estrecha relación con el desarrollo de la capacidad de amar está la evolución del objeto amoroso. En los primeros meses y años de la vida, la relación más estrecha del niño es la que tiene con la madre. Esa relación comienza antes del nacimiento, cuando madre e hijo son aún uno, aunque sean dos. El nacimiento modifica la situación en algunos aspectos, pero no tanto como parecería. El niño, si bien vive ahora fuera del vientre materno, todavía depende por completo de la madre. Pero día a día se hace más independiente: aprende a caminar, a hablar, a explorar el mundo por su cuenta; la relación con la madre pierde algo de su significación vital; en cambio, la relación con el padre se torna cada vez más importante.
Para comprender ese paso de la madre al padre, debemos considerar las esenciales diferencias cualitativas entre el amor materno y el paterno. Hemos hablado ya acerca del amor materno. Ese es, por su misma naturaleza, incondicional. La madre ama al recién nacido porque es su hijo, no porque el niño satisfaga alguna condición específica ni porque llene sus aspiraciones particulares. (Naturalmente, cuando hablo del amor de la madre y del padre, me refiero a "tipos ideales" -en el sentido de Max Weber o en el del arquetipo de Jung- y no significo que todos los padres amen en esa forma. Me refiero al principio materno y al paterno, representados en la persona materna y paterna.) El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más profundos, no sólo del niño, sino de todo ser humano; por otra parte, que nos amen por los propios méritos, porque uno se lo merece, siempre crea dudas; quizá no complací a la persona que quiero que me ame, quizás eso, quizás aquello -siempre existe el temor de que el amor desaparezca-. Además, el amor "merecido" siempre deja un amargo sentimiento de no ser amado por uno mismo, de que sólo se nos ama cuando somos complacientes, de que, en último análisis, no se nos ama, sino que se nos usa. No es extraño, entonces, que todos nos aferremos al anhelo de amor materno, cuando niños y también cuando adultos. La mayoría de los niños tienen la suerte de recibir amor materno (más adelante veremos en qué medida). Cuando adultos, el mismo anhelo es más difícil de satisfacer. En el desarrollo-más satisfactorio, permanece como un componente del amor erótico normal; muchas veces encuentra su expresión en formas religiosas, pero con mayor frecuencia en formas neuróticas.
La relación con el padre es enteramente distinta. La madre es el hogar de donde venimos, la naturaleza, el suelo, el océano; el padre no representa un hogar natural de ese tipo. Tiene escasa relación con el niño durante los primeros años de su vida, y su importancia para éste no puede compararse a la de la madre en ese primer período. Pero, si bien el padre no representa el mundo natural, significa el otro polo de la existencia humana; el mundo del pensamiento, de las cosas hechas por el hombre, de la ley y el orden, de la disciplina, los viajes y la aventura. El padre es el que enseña al niño, el que le muestra el camino hacia el mundo.
En estrecha conexión con esa función, existe otra, vinculada al desarrollo económico-social. Cuando surgió la propiedad privada, y cuando uno de los hijos pudo heredar la propiedad privada, el padre comenzó a seleccionar al hijo a quien legaría su propiedad. Desde luego, elegía al que consideraba mejor dotado para convertirse en su sucesor, el hijo que más se le asemejaba y, en consecuencia, el que prefería. El amor paterno es condicional. Su principio es "te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo". En el amor condicional del padre encontramos, como en el caso del amor incondicional de la madre, un aspecto negativo y uno positivo. El aspecto negativo consiste en el hecho mismo de que el amor paterno debe ganarse, de que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera. A la naturaleza del amor paterno débese el hecho de que la obediencia constituya la principal virtud, la desobediencia el principal pecado, cuyo castigo es la pérdida del amor del padre. El aspecto positivo es igualmente importante. Puesto que el amor de mi padre es condicional, es posible hacer algo por conseguirlo; su amor no está fuera de mi control, como ocurre con el de mi madre.
Las actitudes del padre y de la madre hacia el niño corresponden a las propias necesidades de ése. El infante necesita el amor incondicional y el cuidado de la madre, tanto fisiológica como psíquicamente. Después de los seis años, el niño comienza a necesitar el amor del padre, su autoridad y su guía. La función de la madre es darle seguridad en la vida; la del padre, enseñarle, guiarlo en la solución de los problemas que le plantea la sociedad particular en la que ha nacido. En el caso ideal, el amor de la madre no trata de impedir que el niño crezca, no intenta hacer una virtud de la desvalidez. La madre debe tener fe en la vida, y, por ende, no ser exageradamente ansiosa y no contagiar al niño su ansiedad. Querer que el niño se torne independiente y llegue a separarse de ella debe ser parte de su vida. El amor paterno debe regirse por principios y expectaciones; debe ser paciente y tolerante, no amenazador y autoritario. Debe darle al niño que crece un sentido cada vez mayor de la competencia, y oportunamente permitirle ser su propia autoridad y dejar de lado la del padre.
Eventualmente, la persona madura llega a la etapa en que es su propio padre y su propia madre. Tiene, por así decirlo, una conciencia materna y paterna. La conciencia materna dice: "No hay ningún delito, ningún crimen, que pueda privarte de mi amor, de mi deseo de que vivas y seas feliz." La conciencia paterna dice: "Obraste mal, no puedes dejar de aceptar las consecuencias de tu mala acción, y, especialmente, debes cambiar si quieres que te aprecie." La persona madura se ha liberado de las figuras exteriores de la madre y el padre, y las ha erigido en su interior. Sin embargo, y en contraste con el concepto freudiano del superyó, las ha construido en su interior sin incorporar al padre y a la madre, sino elaborando una conciencia materna sobre su propia capacidad de amar, y una conciencia paterna fundada en su razón y su discernimiento. Además, la persona madura ama tanto con la conciencia materna como con la paterna, a pesar de que ambas parecen contradecirse mutuamente. Si un individuo conservara sólo la conciencia paterna, se tornaría áspero e inhumano. Si retuviera únicamente la conciencia materna, podría perder su criterio y obstaculizar su propio desarrollo o el de los demás.
En esa evolución de la relación centrada en la madre a la centrada en el padre, y su eventual síntesis, se encuentra la base de la salud mental y el logro de la madurez. El fracaso de dicho desarrollo constituye la causa básica de la neurosis. Si bien está más allá de los propósitos de este libro examinar más profundamente este punto, algunas breves observaciones servirán para aclarar esa afirmación.
Una de las causas del desarrollo neurótico puede radicar en que el niño tiene una madre amante, pero demasiado indulgente o dominadora, y un padre débil e indiferente. En tal caso, puede permanecer fijado a una temprana relación con la madre, y convertirse en un individuo dependiente de la madre, que se siente desamparado, posee los impulsos característicos de la persona receptiva, es decir, de recibir, de ser protegido y cuidado, y que carece de las cualidades paternas -disciplina, independencia, habilidad de dominar la vida por sí mismo-. Puede tratar de encontrar "madres" en todo el mundo, a veces en las mujeres y a veces en los hombres que ocupan una posición de autoridad y poder. Si, por el contrario, la madre es fría, indiferente y dominadora, puede transferir la necesidad de protección materna al padre y a subsiguientes figuras paternas, en cuyo caso el resultado final es similar al caso anterior, o se convierte en una persona de orientación unilateralmente paterna, enteramente entregado a los principios de la ley, el orden y la autoridad, y carente de la capacidad de esperar o recibir amor incondicional. Ese desarrollo se ve intensificado si el padre es autoritario y, al mismo tiempo, muy apegado al hijo. Lo característico de todos esos desarrollos neuróticos es el hecho de que un principio, el paterno o el materno, no alcanza a desarrollarse, o bien -como ocurre en muchas neurosis serias que los papeles de la madre y el padre se tornan confusos tanto en lo relativo a las personas exteriores como a dichos papeles dentro de la persona. Un examen más profundo puede mostrar que ciertos tipos de neurosis, las obsesivas, por ejemplo, se desarrollan especialmente sobre la base de un apego unilateral al padre, mientras que otras, como la histeria, el alcoholismo, la incapacidad de autoafirmarse y de enfrentar la vida en forma realista, y las depresiones, son el resultado de una relación centrada en la madre.
Autor: Erich Fromm
Busco la imagen de mi padre
Interrogar a los jóvenes de hoy sobre que imagen tienen de sus padres, es correr el riesgo de recibir respuestas a veces absurdas e increíbles, en muchas ocasiones la menos esperadas, podríamos afirmar hasta inhumanas. Es inexplicable esta falta de responsabilidad, esta inversión de valores que conducen a la ruina y han deformado la imagen paterna o materna y han destrozado el ambiente familiar. Que imagen paterna puede tener un hijo que a diario frente a su lecho tiene a su padre embriagado, aburrido, gritón, grosero, mordaz, tacaño e irresponsable que no atiende a las necesidades de su hogar, o que si lo hace, es después de maltratar a su esposa y a los hijos con palabras y hasta con golpes, porque no trabajan… y el trabajo del hogar.
Es lamentable pero no se puede constatar que estas figuras grotescas, caricaturas de papás aparecen ante la sociedad. Y en ningún momento pueden ser aptas estas imágenes para una formación y en esto radica el problema que afecta directamente a la sociedad.
Si el niño y el joven viven hoy de imágenes tan deformadas, ¡que difícil es darle la orientación! Y ¿qué decir de la imagen que presentan muchos padres con toda la problemática de su interior revolcado con su deslealtad conyugal y con su precipitación tendencia a no educar? ¿Pondrá ser imágenes aceptadas a los ojos ansiosos de sus hijos que exigen hoy autenticidad? … ¿no será lo mas justo que los hijos descubran en sus padres verdaderas imágenes con reflejos de amor, piedad, cristianismo autentico, solidez hogareña, firmeza psicológica, comprensión, respecto , en una palabra;
RESPONSABILIDAD.
lunes, 14 de junio de 2010
Madres lesbianas y su educación en sus hijos
Pensar que las familias tradicionales --integradas por papá, mamá y hermanos-- garantizan estabilidad emocional y preservan las “buenas conductas”, es negar, de cara al nuevo milenio, que existen nuevas relaciones familiares que están rompiendo esquemas y tabúes sobre las relaciones afectivas.
Hoy sabemos de familias conformadas por parejas homosexuales o lesbianas, quienes conviven con sus hijos --sean éstos de relaciones heterosexuales anteriores o bien de inseminaciones artificiales-- y que representan una alternativa de vida con amor, cariño y respeto.
Sin embargo, para las familias tradicionales o para los conservadores, los otros tipos de familia significan el fin de los “valores morales”, pero al mismo tiempo son el lado perfecto para discriminar, estigmatizar e incluso, agredir.
Por ello las madres lesbianas tienen una doble responsabilidad, pues no sólo tienen que cuidar el crecimiento y desarrollo de sus hijos e hijas sino además tienen que hablar con ellos sobre la sexualidad a fin de que entiendan y respeten sus preferencias sexuales.
“no es fácil aceptarse ser lesbiana y mucho menos asumirlo frente a la familia, al darte cuenta que algunos de ellos al principio te juzga, paro nunca uno le demuestra que cría a su vástago vale mucho, frente al mundo de los heterosexuales”. Tras afirmar lo anterior, Lorena, de 38 años, quien tuvo una hija con un hombre que desapareció de su vida, dice que su actual relación afectiva con Norma le dio el valor para hablar con su niña cuando ella tenia apenas 10 años y hoy que su pequeña ya es una es una mujer casada supo asumir ella su preferencia sexual con sus familiares.
A decir de Lorena el proceso de auto aceptación y reintegración familiar fue corto, pues su hija ya había establecido una relación afectiva fuerte con Norma, por lo que la aceptación fue relativamente fácil. Un día de paseo, como regularmente lo hacían las tres, hablaron de la sexualidad y de los otros tipos de familias, lo que hizo menos difícil explicar su relación amorosa.
La doble moral que se ejerce en las sociedades modernas es una actitud que debe terminar así como la discriminación, lesbofobia y homofobia, ya que son acciones en perjuicio de los derechos humanos de las personas “que no escogieron tener preferencia sexual diferente, sino que su naturaleza decidió asumirla”.
Pero no todo es color de rosa. Aimé Sánchez, de 35 años, pasó dos años convenciendo a Rosa, su pareja, de tener un hijo por inseminación artificial. Luego batalló para encontrar un hospital o médico que le practicara esa técnica de reproducción asistida.
Aimé señala que en los hospitales públicos de salud la inseminación artificial es imposible, pues someten a las pacientes a exámenes médicos y psicológicos innecesarios, a fin de que las interesadas en la reproducción asistida decidan interrumpir ese proceso.
Uno de los argumentos que más usan los que están en contra de que gays y lesbianas sean padres es el entorno en el que se crían. Aquello de que lo que enseñan un padre y una madre no lo pueden hacer dos madres o dos padres. Pamplinas. Y aquí tenemos las pruebas.
Se ha realizado un estudio en 77 familias con sus hijos e hijas. Los hijos de madres lesbianas han demostrado, con creces, ser menos agresivos, tener menos problemas sociales y acatar mejor las normas. Para mí, esto son todo puntos positivos.
De hecho, los niños de madres lesbianas que sufren bullicio o acoso en el colegio, lo sufrían más por el propio bullicio en sí, no por tener dos madres.
Son muchos los niños de familias homosexuales. Y de los estudios realizados se ha sacado una conclusión bastante clara: que estos niños no cumplen los malos agüeros que los críticos pronosticaban. Ni son inestables, ni peores personas ni tienen problemas éticos. Es más, todo lo contrario.
Y se habla, además, de un tema muy importante. Las parejas homosexuales que tienen hijos, lo hacen tras una larga meditación, y en ocasiones, tras una larga lucha. Esto hace que estas madres estén más preparadas para apoyar a sus hijos e hijas ante cualquier discriminación.
Hijos al volante: La responsabilidad de los padres
Si tiene un hijo adolescente próximo a obtener su licencia de conducir, sepa que tanto él como usted son responsables ante la situación de adquirir dicha licencia. Su hijo, con su conocimiento sobre el manejo y sus aptitudes físicas y psíquicas, y usted, con la responsabilidad de otorgarle la autorización teniendo la seguridad de que realmente será cabal al poseerla.
Según las estadísticas, los jóvenes de 15 a 24 años constituyen un tercio del total de los accidentes de tránsito con víctimas fatales. Es decir, los adolescentes se ven envueltos en tres veces más cantidad de accidentes fatales que el resto de los conductores. Esta lamentable estadística se debe a la combinación entre la inmadurez emocional de un joven de esta edad, sus comportamientos riesgosos y la falta de experiencia en la conducción.
Teniendo en cuenta esta problemática y para comenzar a analizar la situación de la adquisición de la licencia de conducir a tan temprana edad, es necesario tener en cuenta, en primer lugar, que el tránsito de una ciudad está conformado por distintas personas que componen la vía pública; entre ellos, conductores, peatones, acompañantes, etc. Al pensar en su hijo(a) como conductor de un vehículo, no pierda de vista el riesgo que pudieran implicar aquellas otras personas que comparten este sistema con él/ella y usted no conoce.
Cuando un “no”
Para un adolescente obtener su licencia de conductor es un hecho trascendental en su vida, al mismo tiempo es generadora de ansiedad e impaciencia.
Los padres conocen muy bien a sus hijos. Por este motivo saben cómo actuarían o cuáles serían sus pensamientos o decisiones ante situaciones desconocidas o imprevistas. A su vez, reconocen si son lo suficientemente maduros y estables como para obtener una responsabilidad tan grande como la de conducir un vehículo.
Por lo tanto no vienen mal algunas recomendaciones para aprender a reconocer en sus hijos estas actitudes poco deseables que deberían desembocar en un “no” a la autorización de la deseada licencia. Algunos ejemplos:
1. Si la personalidad de su hijo es impulsiva, inestable o agresiva.
2. Si es irresponsable o inmaduro en sus situaciones cotidianas (estudio, trabajo, etc.).
3. Si suele exponerse o verse envuelto en situaciones peligrosas. Si participa de peleas o discusiones habitualmente.
4. Si su actitud frente a la autoridad es inapropiada, si responde o no a las órdenes, etc.
5. Si copia actitudes peligrosas de determinados amigos o se deja llevar por ellos en cualquier situación.
Educación y compañía
¿Puede un adolescente aprender solo a manejar y tener conciencia de cómo comportarse? Creemos que el adolescente debe contar con el apoyo de sus padres quienes así lo inicien en la práctica de la conducción. De esta manera, el joven tomará todas las modalidades y ejemplos prácticos que el padre le transmita en forma clara y de fácil entendimiento haciendo hincapié en las normas de seguridad. Proponer una conducta que priorice la paciencia y el respeto al prójimo es una virtud a fortalecer por parte de los padres, porque lamentablemente es común encontrar a jóvenes muy lejos de este estereotipo.
En el caso de que usted no tenga la suficiente paciencia para poder enseñarle a su hijo(a) la difícil tarea de ser un conductor defensivo, tenga en cuenta la opción de las escuelas de conducción. Aquí se encontrará con personas especialmente entrenadas en esta tarea, con paciencia y vehículos adecuados para las prácticas, con aulas de entrenamiento y enseñanza en cuanto a la teoría que tendrá que saber a la hora de obtener la licencia de conducir.
Lo que intentamos mediante esta nota es esclarecer datos para que usted conozca cuál es el perfil que debería tener un conductor a la hora de sacar su licencia de conductor, y asemejarlo con la personalidad y características de sus hijos; y aunque este hecho le produzca a su hijo(a) mucha ansiedad y no pueda esperar, sepa que es un hecho que requiere de mucho conocimiento y responsabilidad, por lo cual usted como padre tendrá que evaluar si su hijo adolescente no corre peligro, ni lo generará, al obtener esta licencia para conducir.
Fuente: Revista Bekaritos
La Necesidad del Ser Humano Amar y ser Amado
En el tema de hoy trataremos sobre la necesidad del ser humano que es amar y ser amado. Como todos sabemos que vivimos en un mundo materialista en donde el consumismo ha hecho parte de que se vaya perdiendo los valores humanos, el aprecio a la familia, mantener una buena relación con tus padres y hasta con tus mejores amigos, pero parecen que solo queremos vivir en un “Paraíso sin Felicidad”.
Las personas, hoy en día solo exteriorizan amargura y suelen guardar sus sentimientos positivos hasta que ya es demasiado tarde… donde se llega a presenciar el hábito destructivo en las personas.
Actualmente vivimos inmersos en grandes ciudades, hacemos actividades rutinarias, tratamos de escapar a la soledad aún provocando distracciones momentáneas, pero todo esto podría ser algo momentáneo resultando que solo el AMOR puede fundirnos con otra persona.
Existiendo algunas debilidades que baja el autoestima de los jóvenes en incluso de los padres, ya que muchas veces decimos de que vale tanto materialismo si no tenemos el amor, cuidado de nuestro padres reflejándose en los siguientes puntos:
Algunas Debilidades relacionadas con la baja estima:
Inseguridad: La persona cree que los que piensa o hace no es lo más adecuado aun que se haya probado la eficacia de dicho pensamiento o acción.
Dependencia: La baja estima puede invitar a depender de un sin número de cosas para lograr seguridad. Dinero, estudios, personas (cónyuge, amistades) religión, belleza física, hijos, fuerza (músculos, artes marciales, etc.).
Complejo de Inferioridad y de Superioridad: El auto estima baja suele presentarse en estos dos extremos opuesto pero que en esencia están generados por una misma razón: un concepto equivocado de si mismo.
Se cree que una correcta auto estima se alcanza cuando la persona logró suplir en su vida dos necesidades esenciales:
• La necesidad de pertenencia: Todas la personas necesitamos sentirnos parte de algo es decir un núcleo que nos aporte identidad. Este debe ser la familia. Cuando alguien no acepta a su familia, su entorno tiende a dejar desatendida esta necesidad. El sentimiento de pertenencia tiene que ver con la influencia del ambiente de lo social.
• La necesidad de ser amado: Esta necesidad incluye el ser respetado, aceptado, protegido, ser abrazado, besado, Esta necesidad está ligada a lo emocional, lo afectivo, lo interno.
Este conjunto de conceptos correctos son la auto estima. Cuando estos conceptos no existen, o no son correctos es la baja estima.
En palabras más sencillas, el auto estima es el constructor que se hace con la información obtenida de la interacción afectiva con la familia y el ambiente. La buena estima es la presencia de toda esta formación correcta, la baja estima sería lo contrario. Usando más exactas la Auto estima o la desestimación.
La auto estima hoy en día es importante para crear y desarrollar el proyecto de vida, para conducirla y no dejar que otros lo hagan, pero no olvides, que esto únicamente es una fortaleza humana que emerge desde las propias fuerzas psicológicas.
Para hablar un poco de cómo nos sentimos nosotros con nuestro auto estima he seleccionado algunas frases y comentarios los cuales me gustaría analizáramos:
“La auto estima es un concepto engañoso pues aunque parece sano en realidad lo que hace es alimentar nuestra independencia y capacidad, exaltando nuestros atributos y dignidad y allí es donde está el problema.”
-“Doctor corazón hace como un año que estoy rogando por un poco de amor de parte del chico que me gusta, el es súper lindo y codiciado por las chicas del colegio, por lo que tengo claro que el nunca me va a tomar en cuenta ¿qué puedo hacer para que se enamore de mi?
Otro punto muy interesante relacionado con este tema es lo que plantea el pensamiento católico, por lo cual les voy a leer un fragmento extraído de un documento que se llama “amor y auto estima”
El Señor nos manda a “amar al prójimo como a nosotros mismos”. Y ¿qué es amarse a uno mismo? Se ha pretendido basar la llamada “auto-estima” en este mandato del Señor. Pero, viéndolo bien... ¿significa amar a alguien estimarlo por sus cualidades o, más bien, significa buscar su bien sin tener en cuenta cualidades y defectos? Asimismo ¿significa amarse a uno mismo estimar las cualidades propias o más bien buscar el propio bien y la propia complacencia? Apreciar las propias cualidades y el propio valer es estimarse a uno mismo, pero esa estima no significa amarse a uno mismo. Amarse a uno mismo es otra cosa: es buscar el propio bien y la propia complacencia. Y ésa fue la medida mínima que Dios nos puso para amar a los demás.
¿Qué nos quiere decir el Señor, entonces, cuando nos pide amar al prójimo como a uno mismo? Nos quiere decir que desea que tratemos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos. Si nos fijamos bien, somos muy complacientes con nosotros mismos: ¡cómo respetamos nuestra forma de ser y de pensar! ¡Cómo excusamos nuestros defectos! ¡Cómo defendemos nuestros derechos! ¡Cómo nos complacemos nosotros mismos, buscando lo que nos agrada y lo que necesitamos o creemos necesitar!...
... Amar al prójimo como a uno mismo no significa, por tanto, auto estimarse, sino más bien seguir este otro consejo de Jesús: “Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes” (Lc. 6, 31). Nos amamos tanto a nosotros mismos que esa fue la medida mínima que puso el Señor para nuestro amor a los demás ... porque también nos dio una medida máxima que El nos mostró con su ejemplo: “Ámense unos a otros como Yo los he amado” (Jn. 15, 12). Y El nos amó mucho más que a sí mismo, dando su vida por nosotros.
La Drogadicción Problema que Afecta al Mundo de los Jóvenes
La drogadicción es uno de los grandes problemas que afectan a la sociedad y especialmente al mundo de los jóvenes. En el tema de hoy haremos referencia a la “farmacodependencia” ya que es un estado psicológico y físico que se crea en una persona por el consumo de la droga, y que la lleva a cambios de comportamiento ya que su dependencia lo esclaviza y necesita tomarlo en forma continua. El consumo de drogas produce dependencia física y psíquica.
El organismo se adapta a la droga, la persona para sentirse bien tienen que consumirla; dejar de tomarla o suspenderla bruscamente pueden producir convulsiones, taquicardia, temblores, ansiedad, baja presión, inestabilidad emocional , agresividad que conduce a graves problemas a conflictos bastantes serios.
Al hacer referencia a toda clases de drogas, barbitúricas, calmantes, alucinógenos, cocaína, marihuana, bazuco, opio, etc. Las personas que consumen drogas presentan ciertas características psicológicas: timidez, inseguridad para actuar, inestabilidad emocional, falta de identidad, no saben quienes son, en ocasiones incoherencia en el actuar y en la comunicación.
En todos los estamentos ha habido preocupación por prevenir sin es que se lo podría llamar flagelo, pero en ocasiones la demasiada publicidad, ha llevado a realizar en muchos jóvenes experiencias dolorosas, que se han dejando atrapar por este vicio.
Se recomienda como medio preventivo que puede atacar de raíz la causa, un trabajo reflexivo, consciente y comprometido con los padres de familia. En la mayoría de los casos la causa radica en los problemas familiares, la desintegración familiar, la ausencia de los padres, la falta de comunicación, la falta de afecto; el autoritarismo genera conflictos graves para los cuales, ni la niñez, ni la juventud, se pondría afirmar en que ningún ser humano se encuentre suficientemente preparado para superar este mal que cada día consume a esta sociedad.
El uso de las drogas lleva a la autodestrucción. El polo opuesto también perjudicial es la sobreprotección de los padres, no dejan a sus hijos tomar decisiones, no lo dejan ser ellos mismos, ya que muchas veces todos se lo quieren hacer, permitiéndole un libertinaje descontrolado y perjudicial.
Si en muchos casos son los padres de familia directamente responsables, a ellos corresponde el camino hacia la rehabilitación, primero reconocer el error, no terminar de desvalorizarlos como vergüenza de la familia, revestirse de paciencia, abrir el diálogo, la compresión, etc. Los padres tienen que recordar que sus hijos necesitan de afecto, buen ejemplo, dedicación si imposición, ambiente de hogar, de armonía, tolerancia, disciplina, respecto mutuo en donde existan comunicación, todo esto superará el ambiente malsano que en ocasiones encuentra hoy la juventud.
Pero aún no es tarde. La mayoría de los seres humanos estamos a tiempo de rectificar. Existen una esperanza, una luz en el camino. El único precio a pagar es el de aceptar hacer las cosas de otra forma:
SER INTEGRO, LEAL, ÈTICO y HONESTO.
jueves, 3 de junio de 2010
Adulto mayor y su cuidado en FUNTEMA
El envejecimiento es un proceso natural, dinámico, irreversible, progresivo y universal que se inicia desde el momento mismo en que nacemos, por lo tanto, ningún ser humano está exento de envejecer.
Para usted, que tiene más de 59 años de edad, actualmente existen un gran número de posibilidades para vivir la vida con amor, gratitud, optimismo e intensidad. Seguramente muchos de sus ideales y sus metas se han cumplido gracias al esfuerzo, trabajo y compromiso con el que ha vivido.
Es muy probable que sus hijos tengan ya su propia familia y que usted pueda decir con orgullo ¡misión cumplida!. Pues ellos al tomarle a usted como modelo, han sabido ser buenos padres, parejas, compañeros y amigos de sus seres queridos y le tendrán a usted en un lugar muy especial de sus vidas y de su corazón.
Si por alguna causa todo lo anterior no fuera así, no importa, de todos modos.
¡Usted es un triunfador!
¡Ha llegado a la edad que otros no han podido y cada nuevo día es una oportunidad para vivir mejor!
El primer requisito indispensable es que usted esté lo más sano posible y el propósito de esta guía para el cuidado de la salud es demostrarle que con su participación, usted podrá vivir en forma más plena y saludable.
Para muchos de los ancianos comparte el ciclo de su nueva vida… volver a ser niños, que con su mirada se roba el cariño de los que visita este centro de atención para los adultos mayores “FUNTEMA”.
En la Fundación de atención al anciano “FUNTEMA “, se observa a simple vista el tipo de abandono que muchos de algunos de ellos son victimas al momento se ser internado por su familiar con el tiempo se olvida y ni una visita le puede regalar, al preguntarle a la señora Mary Macías como se siente estar en el asilo solo contesta que bien aunque extraña a sus nietos y desearía volverlo a ver.
En el centro de FUNTEMA se le brinda la atención necesaria para el anciano, en las fechas especiales se le celebra el cumpleaños de cualquier de ellos siempre con la colaboración de la presidenta, reina y el voluntariado que brinda ayuda a la fundación para atención al anciano mayor.
Recomendaciones útiles para los padres, niños y la ansiedad
Los niños a veces se siente nerviosos e inquietos un sentimiento que llamamos ansiedad, al igual que nosotros Por lo general, estos sentimientos surgen cuando los niños se encuentran en nuevas situaciones y sobre todo cuando no se sienten seguros. Los adultos reconocen muchas de las cosas que hacen nerviosos e inquietos a los niños - por ejemplo la oscuridad y los ruidos fuertes. Los niños también se ponen inquietos cuando crecen y comienzan a conocer el mundo lo suficiente como para saber cuando las cosas no están bien.
Para la mayoría de los niños, las diferentes situaciones que le ocasiona inquietudes son soluciones que se puede arreglar con el tiempo y especialmente con la ayuda de una persona mayor así lo dijo la psicóloga Lourdes loor especialista en problema familiares.
A partir de los 8 meses, los bebés expresan su descontento ya que pueden distinguir entre los desconocidos y los familiares. Al crecer, los niños se inquietan cuando están separados de las personas que los aman y los cuidan. Muchos niños tienen miedo a la oscuridad o a ruidos fuertes y súbitos. Afortunadamente los niños manejan estos miedos con ayuda de las personas que los quieran y cuando estas personas les aseguran que están sanos y salvos y que los cuidaran. Algunos niños desarrollan el miedo de cosas específicas, como miedo a los perros. Otros niños desarrollan una manera temerosa de vivir sus experiencias.
Loor manifestó que es muy probable que los niños perciban mejor los sentimientos que los adultos más de lo que pensamos, pero son demasiado jóvenes para entender porqué los adultos se sienten tristes o tienen miedo. Los niños están intentando comprender lo real y lo imaginario, lo temporal y lo permanente así como saber qué significa la muerte.
Para ayudar a un niño sentirse seguro es necesario que los padres demuestren seguridad delante de ellos, por ejemplo a la hora de cenar fijar la hora en mantener una rutina normal o diaria
Los niños se preocupan de lo que les pasará a sus seres queridos y a las personas que los cuidan. Dígales que están sanos y salvos y que usted los cuidará. Conteste francamente las preguntas de los niños. Escúchelos bien para asegurarse de lo que realmente quieren saber. La pregunta más importante puede no ser la que hacen, sino saber si ellos y la familia están seguros. Anime a los niños a expresar sus inquietudes. Algunos niños quieren hablar sobre lo que han visto, oído y sobre sus miedos.
Algunos niños se expresan mejor dibujando o utilizando juguetes. Los juguetes que ayudan a los niños a expresar sus ideas y sentimientos incluyen juguetes de personas que ayudan a la comunidad, muñecas y títeres, como bomberos, policías, trabajadores médicos y de emergencia y sus vehículos; edificios de la comunidad tales como escuelas y casas; disfraces.
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