lunes, 14 de junio de 2010

Madres lesbianas y su educación en sus hijos


Pensar que las familias tradicionales --integradas por papá, mamá y hermanos-- garantizan estabilidad emocional y preservan las “buenas conductas”, es negar, de cara al nuevo milenio, que existen nuevas relaciones familiares que están rompiendo esquemas y tabúes sobre las relaciones afectivas.


Hoy sabemos de familias conformadas por parejas homosexuales o lesbianas, quienes conviven con sus hijos --sean éstos de relaciones heterosexuales anteriores o bien de inseminaciones artificiales-- y que representan una alternativa de vida con amor, cariño y respeto.
Sin embargo, para las familias tradicionales o para los conservadores, los otros tipos de familia significan el fin de los “valores morales”, pero al mismo tiempo son el lado perfecto para discriminar, estigmatizar e incluso, agredir.

Por ello las madres lesbianas tienen una doble responsabilidad, pues no sólo tienen que cuidar el crecimiento y desarrollo de sus hijos e hijas sino además tienen que hablar con ellos sobre la sexualidad a fin de que entiendan y respeten sus preferencias sexuales.

“no es fácil aceptarse ser lesbiana y mucho menos asumirlo frente a la familia, al darte cuenta que algunos de ellos al principio te juzga, paro nunca uno le demuestra que cría a su vástago vale mucho, frente al mundo de los heterosexuales”. Tras afirmar lo anterior, Lorena, de 38 años, quien tuvo una hija con un hombre que desapareció de su vida, dice que su actual relación afectiva con Norma le dio el valor para hablar con su niña cuando ella tenia apenas 10 años y hoy que su pequeña ya es una es una mujer casada supo asumir ella su preferencia sexual con sus familiares.

A decir de Lorena el proceso de auto aceptación y reintegración familiar fue corto, pues su hija ya había establecido una relación afectiva fuerte con Norma, por lo que la aceptación fue relativamente fácil. Un día de paseo, como regularmente lo hacían las tres, hablaron de la sexualidad y de los otros tipos de familias, lo que hizo menos difícil explicar su relación amorosa.

La doble moral que se ejerce en las sociedades modernas es una actitud que debe terminar así como la discriminación, lesbofobia y homofobia, ya que son acciones en perjuicio de los derechos humanos de las personas “que no escogieron tener preferencia sexual diferente, sino que su naturaleza decidió asumirla”.

Pero no todo es color de rosa. Aimé Sánchez, de 35 años, pasó dos años convenciendo a Rosa, su pareja, de tener un hijo por inseminación artificial. Luego batalló para encontrar un hospital o médico que le practicara esa técnica de reproducción asistida.

Aimé señala que en los hospitales públicos de salud la inseminación artificial es imposible, pues someten a las pacientes a exámenes médicos y psicológicos innecesarios, a fin de que las interesadas en la reproducción asistida decidan interrumpir ese proceso.

Uno de los argumentos que más usan los que están en contra de que gays y lesbianas sean padres es el entorno en el que se crían. Aquello de que lo que enseñan un padre y una madre no lo pueden hacer dos madres o dos padres. Pamplinas. Y aquí tenemos las pruebas.
Se ha realizado un estudio en 77 familias con sus hijos e hijas. Los hijos de madres lesbianas han demostrado, con creces, ser menos agresivos, tener menos problemas sociales y acatar mejor las normas. Para mí, esto son todo puntos positivos.
De hecho, los niños de madres lesbianas que sufren bullicio o acoso en el colegio, lo sufrían más por el propio bullicio en sí, no por tener dos madres.

Son muchos los niños de familias homosexuales. Y de los estudios realizados se ha sacado una conclusión bastante clara: que estos niños no cumplen los malos agüeros que los críticos pronosticaban. Ni son inestables, ni peores personas ni tienen problemas éticos. Es más, todo lo contrario.
Y se habla, además, de un tema muy importante. Las parejas homosexuales que tienen hijos, lo hacen tras una larga meditación, y en ocasiones, tras una larga lucha. Esto hace que estas madres estén más preparadas para apoyar a sus hijos e hijas ante cualquier discriminación.

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