lunes, 30 de agosto de 2010

Embarazos en las adolescentes


La adolescencia organiza la sexualidad de jóvenes de conformidad con las nuevas concepciones sociales y culturales. Ya no una sexualidad destinada, de forma prioritaria, a la maternidad y la paternidad, sino a construir la masculinidad y la feminidad en un contexto de experiencias placenteras y gozosas en la relación con los otros.
En la adolescencia, el ejercicio de la sexualidad de chicos y chicas también prepara para la maternidad y la paternidad. Porque en la sociedad contemporánea, el hijo y su concepción no son únicamente el producto de uniones y transformaciones biológicas sino, sobre todo, el efecto de una preparación corporal, psicológica, académica, económica y social, que comenzó en la mujer y en el varón desde el momento de su nacimiento.
No basta ser púber. En el mundo contemporáneo, ya no es posible improvisar la venida de un niño. Ya no se quieren justificaciones para el nacimiento de hijos e hijas no queridos ni esperados. La adolescencia no es el tiempo para la maternidad ni la paternidad sino para su preparación
Sin embargo, numerosas adolescentes quedan embarazadas y otro tanto número de chicos embarazan a sus amigas o enamoradas. En su infinita mayoría, los embarazos no deseados han llegado a constituir uno de los más graves conflictos sociales de algunos países en desarrollo.
El mundo ha cambiado de manera radical. Y no es posible dar marcha atrás. Mujeres y varones hacen el amor a edades cada vez más tempranas. Y cuanto más precozmente lo hagan, mayor será el riesgo del embarazo. Hacer el amor es ir en busca de esa totalidad que se realiza en la unión entre dos. Una fusión que conduce a ambos a los espacios imaginarios en los que todo es posible. Mutua absorción en un goce presentido, imaginado y vivido sin palabras que puedan explicarlo ni justificarlo. No es para nadie más que para los dos, y permanece como una vivencia única y absolutamente personal.
¿Sabía usted que se estima, que una de cada tres adolescentes en los Estados Unidos quedará embarazada por lo menos una vez antes de cumplir los 20 años?65 Aunque estas estadísticas son mejores que lo que eran hace una década, cuando el número era cuatro de cada diez adolescentes, todavía es un porcentaje demasiado alto. El embarazo tiene consecuencias muy importantes para las chicas y chicos adolescentes, y sus hijos. Tener un bebé cuando se es adolescente hace que sea mucho más difícil para los jóvenes poder alcanzar sus metas, como por ejemplo, terminar la secundaria, ir a la universidad, conseguir un buen empleo, o casarse cuando sean más adultos, además de presentar retos adicionales para el niño
Pero, a esta experiencia innombrable no se halla exenta de riesgos, que son más complejos cuanta menos edad posee la pareja amorosa. Y el primero y quizás más importante riesgo es el embarazo. De hecho, gran parte de la poca información que se da a la chica en casa y en el colegio respecto a la primera regla está destinada a prevenir el embarazo. La menarquia adquiere sentido familiar y social en la medida en que avisa que una mujer es capaz de quedar embarazada. De ahí que el "cuidarse de los hombres", como suelen aconsejar las mamás a sus hijas, no significa otra cosa que un acto destinado a prevenir el embarazo prematuro, no deseado y fuera del matrimonio.
Así se expresa una niña de 10 años: "A nosotras nos han dicho en la casa y en la escuela que, una vez que hay el flujo, la mujer tiene que cuidarse, no tener relaciones sexuales porque se puede embarazar".
En el Ecuador, dos de cada diez chicas que hacen el amor iniciaron sus experiencias entre los 12 y 14 años. Según los adolescentes, casi siete de cada diez mujeres adolescentes hacen el amor. Y prácticamente todos, varones y mujeres adolescentes, conocen casos de chicas de su entorno que han quedado embarazadas.
Algunas terminan siendo mamás, mientras otras recurren al aborto como la alternativa para solucionar un problema personal y social para el que no encuentran otra salida posible. En los sectores populares y marginales, ocho de cada diez chicas embarazadas tienen el bebé. Las dos restantes acuden al aborto. En cambio, en los estratos sociales medios altos y altos, el número de chicas que recurren al aborto es mayor porque en estos grupos la maternidad adolescente es muy mal tolerada
El embarazo en la adolescencia es ya un problema social, económico y de salud pública de considerable magnitud, tanto para los jóvenes como para sus hijos, pareja, familia, ambiente y comunidad que los rodea. Algunas personas denominan el embarazo adolescente como la "sustitución de amor por sexo".

RECUERDO DE MI PADRE


Hoy 26 de enero del 2000, recuerdo cuando ayer te fuiste y mi alma compartió mi pena al ser las mas intimas amigas, al saber que mi padre nunca mas iba a estar conmigo, sin pensarlo la fortaleza me ha sabido acompañar en estos diez años y meses que ya no esta.
La palabra PADRE.., que bella es al nombrar , es triste mencionar que hoy un compañero de aula de comunicación, su progenitor se marcho al lado del señor, dejando en su corazón un hueco tan profundo y vacio de llenar solo los momentos felices que compartió con él , lo recordara cuando se sienta triste, dios le recompensará con una mano amiga que siempre lo apoyara.
Que bello es decir PADRE, cuando aun lo tienes a tu lado,
Y triste saber que se han marchado,
Muchos lloramos, al ser hijos si haber conocido aquel progenitor,
Que te Dejo sola sin decirte adiós…

Padre.., que eterno y sublime ser vos
Y encantador ser
Cuando te digo a vos,
Nunca me dejes, en este mundo de bestia y asesinos
Que en cada esquina lo encuentra sin especular….

Cuando uno ya no tiene a tu padre, no sabe que hacer,
Solo piensa en morir, irte con él
Pero esa no es la clave, si deseas decirle
Aquel progenitor que un regalón te dejo
Y eso fue su eterno AMORRRRR…

martes, 24 de agosto de 2010

CYTOTEC, culpable o NO de la muerte de un inocente


En el momento de escribir este artículo, se me vino a la mente un hecho tan cruel que está ocurriendo en Ecuador y todos sus Provincias sucede que en la ciudad de Manta han aparecido hace dos semanas propagadas con el lema “ABORTO SEGURO” Y llamar al número de celular 0990045—pintado este lema en los diferentes colegios y escuela de la ciudad de Manta, causado un hecho tan bochornoso.
Porque lo digo de esta manera, al no compartir la idea que un pequeño en indefenso feto que no deseo ser concebido, lo acabe de esta forma tan vil… y cruel, y al parecer dicha compañía le da la información necesaria a los jóvenes que pastilla debe tomar como lo es la CYTOTEC, ¿cuales SERIA los efectos? y el transcurso que tardaría esta en hacer efecto.
Bueno ahora analicemos los signos de un aborto involuntario, para que hagamos un alto a este vil crimen y muchas veces acusamos o señalamos con el dedo a un asesino o sicario sin saber lo que realmente no necesita tener una pistola ya que en las manos esta envenenado y acabado con la vida de un ser que no tienen la culpa de morir de tal manera.
Es importante reconocer los signos y síntomas de un aborto involuntario, de modo que una apropiada atención médica pueda ser solicitada.
El aborto espontáneo o aborto involuntario es la finalización inesperada de un embarazo antes de que el feto esté plenamente desarrollado y capacitado para sobrevivir fuera del útero. Aproximadamente el 10-15% de los embarazos confirmados acaban en abortos involuntarios. A veces se produce incluso antes de que la mujer se dé cuenta de que está embarazada. En la mayoría de los casos, los abortos involuntarios ocurren dentro de las tres primeras semanas de embarazo, antes del período de gestación de 20 semanas. Hay un uno por ciento de posibilidades de que haya un aborto involuntario después de las 20 semanas de gestación. Abortos involuntarios como el mencionado se llaman abortos involuntarios tardíos. Un aborto involuntario es una cosa desafortunada para cualquiera, y la razón de mucha angustia.

Signos de un Aborto Involuntario
* Manchado o sangrado sin dolor
* Dolor abdominal severo con sangrado
* Líquido que fluye fuera de la vagina, sin ningún tipo de dolor o sangrado

Si observas los signos y síntomas arriba citados, es aconsejable que acudas a tu centro de salud. Entonces te podrán realizar una ecografía y un examen pélvico para confirmar el aborto involuntario. Si el útero está despejado y el aborto involuntario es completo, no hay necesidad de tratamiento.
Si el aborto es incompleto, entonces se realiza un procedimiento de dilatación y raspado, o dilatación y extracción. Si los síntomas de un aborto involuntario son visibles, pero no están confirmados, entonces el reposo en cama es a menudo prescrito para varios días.
Si una mujer ha tenido más de dos abortos involuntarios seguidos, podrían ser necesarios análisis de sangre, pruebas genéticas o medicación. Repetidos abortos involuntarios suelen evaluarse mediante diversos procedimientos de diagnóstico.
Miriam” ” estuvo embarazada una semana, luego ya no. Aborto. Hacerlo no significó ir a escondidas a una clínica clandestina
Pero el trauma, el dolor, el sentimiento de muerte en haber provocado un aborto casi cobra su propia vida.
MIRIAM
Miriam tiene 23 años de edad y vive en Torreón. El año pasado se embarazó cuando interrumpió su dosis de pastillas anticonceptivas. Tras la prueba casera lo confirmó. En octubre de 2006, a los dos meses y medio de embarazo, tuvo que poner en la mesa sus opciones.
“Empecé a pedir consejo, le llamé a una amiga y empezamos a ver. Me acuerdo que me preguntó ‘¿qué quieres hacer?’ Y es que era pensar que eso podía arruinar mis planes a futuro. Ahorita no tengo seguro, estoy en un trabajo donde estoy a prueba y el tenerlo sería truncarlo todo”, dice Miriam quien cuenta con una licenciatura y ya antes había salvado vidas como socorrista de Cruz Roja.
Pensó en métodos como inyecciones, que usó cuando tenía una semana y media de retraso en su menstruación, aunque no la certeza de estar embarazada. Pensó en recurrir a un legrado, que podría hacerse aquí mismo. Finalmente, optó por pagar poco más de mil pesos para comprar unas pastillas para la úlcera.
Es un medicamento común (su nombre de omite), que en las contraindicaciones advierte que no deben tomarlo mujeres embarazadas pues tiene componentes abortivos.
Pero la forma en que Miriam relata su experiencia da cuenta de que es un secreto que corre con bastante facilidad en la clásica cadena del que conoce a alguien, que conoce a alguien, que conoce a alguien...
“Supe por mi amiga que tenía unas amigas, porque una amiga de su amiga las había usado”, cuenta. “Las compramos, son pastillas que cualquiera te vende, no es así como clandestino. Yo me imaginaba que iba a ser en una casa y que una señora iba a salir y te las iba a dar junto con una hierbas pero no. Vas a la farmacia y las compras, en sí son para la gastritis pero hasta los encargados saben que se usan también para otra cosa”.
La indicación era sencilla: dos pastillas vía oral y dos que tendría que introducir en la vagina. Sin embargo, el primer intento de aborto no funcionó por lo que a los tres días lo hizo de nuevo. Esta vez con ocho pastillas en un lapso de tres horas.
“A lo que más le temía era a desangrarme. Quien me las vendió decía que iba a haber sangrado, pensé que iba a ser peor de lo que fue. Sí tenía miedo pero era más mi miedo de no hacerlo. Mi novio decía ‘yo te apoyo, lo que tú decidas, si quieres nos casamos’ pero realmente yo lo veía en su cara, él tampoco lo quería, era algo que no me podía ocultar”.
Finalmente la “bolsita” –como lo llama- “se arrancó” y salió de su cuerpo envuelta en un coágulo de sangre.
“Al principio fue mi egoísmo de decir que va a arruinar mi vida, luego me di cuenta de que yo se la arruiné a él y sí, de alguna forma qué mala soy, pero yo tengo que seguir”, remata Miriam.
Ahora, si fuera a aconsejar a una “amiga de una amiga de una amiga” que quiere un aborto, ya no lo recomendaría.

¿Qué Pasa si Mi Hijo o Hija Ya Ha Tenido Sexo?

Si sus hijos ya han tenido sexo, cuando converse con ellos, muéstreles su preocupación, pero sea positivo. Sea honesto. Comparta sus inquietudes o sentimientos, pero demuestre su apoyo, no su descontento o ira. Si sus hijos no le han contado, pero usted cree que sí ha ocurrido, tal vez pueda comenzar con preguntas sencillas como las siguientes, y luego escúchelos atentamente:
• Tengo entendido que muchos de los chicos de tu edad tienen sexo. ¿Tienen sexo tus amigos?
• ¿Te han incentivado a que también lo hagas?
• ¿Estás pensando en tener sexo?
Cuando hable con sus hijos, escuche atenta y respetuosamente. Luego hágales saber cuánto los quiere y cuánto desea que tengan un futuro maravilloso con relaciones en su vida que sean saludables, felices y que los hagan sentirse realizados. Explique que el futuro feliz de las personas no ocurren así porque sí. Esto requiere mucha planificación y decisiones inteligentes.
Si su hijo o hija ha tenido sexo o actualmente se encuentra involucrado en una relación sexual, hay varias cosas que necesita abordar:
• Pregúnteles si alguna vez los han herido o si los han forzado a tener sexo. La coerción sexual, el abuso y la violencia no son aceptables.
• Llévelos a un doctor para que les hagan una prueba de detección de enfermedades de transmisión sexual. Esto es muy importante puesto que las enfermedades de transmisión sexual son comunes en los adolescentes sexualmente activos.
• Converse con su hija para que le hagan una prueba de embarazo. El embarazo puede ocurrir la primera vez que alguien tiene sexo, aun cuando él o ella usen un método anticonceptivo. Para obtener más información, visite El embarazo en la adolescencia.
• Hablen sobre cómo el sexo puede complicar las relaciones y el noviazgo. Hablen sobre las consecuencias emocionales que acarrea, sobre lo que significa que a uno le rompan el corazón y sobre lo que es romper una relación.
• Conversen sobre cómo el sexo puede ser una parte maravillosa de un matrimonio dedicado. Incentive a su hijo a que primero se concentre en sus metas personales antes de tomar esta dirección.
• Por último, sea franco. Dígale a su hijo o hija que desea que deje de tener sexo y por qué desea que no siga. Explíqueles que los querrá y los apoyará pase lo que pase y que sólo quiere lo mejor para ellos. Asegúrese de que sepan que pueden decir “no” en cualquier momento. No tienen que seguir en una relación sexual sólo porque ya comenzaron. Dígales que hará todo lo posible para ayudarlos a que tomen la decisión correcta y se mantengan firme en su decisión. Le sorprenderá ver lo receptivo que son. Dos de cada tres adolescentes que ya han tenido relaciones sexuales señalan que desearían haber esperado antes de tener sexo. Algunos han descubierto de una manera muy difícil que el sexo no es un juego, que tiene consecuencias. Puede que los hayan herido o se hayan infectado con una ETS o incluso que hayan quedado embarazadas o hayan dejado embarazada a una chica. De manera que su hijo o hija puede alegrarse al saber que usted apoyará su decisión de no seguir con la actividad sexual y que los ayudará a hacer planes y a fijar límites para lograr sus metas.
Si su adolescente decide dejar de tener sexo, a continuación se ofrecen algunas ideas de cómo puede ayudarlo a mantenerse firme en su decisión.
• Esté abierto al diálogo y disponible: Fije una hora habitual, diariamente o antes de que su hijo tenga una cita, o al comenzar el fin de semana.
• Trátense mutuamente con respeto y confianza. Reconozca que no es una decisión fácil para su hijo o hija y que se requiere determinación y caracter para mantenerse firme.
• Pregunte: Pregúnteles sobre sus opiniones, sus amigos, la escuela o películas. decisión que tomen sus hijos, es preciso que continúe este diálogo. Algunos adolescentes pueden dejar de tener relaciones más adelante, mientras que otros pueden volver a hacerlo. Pero si mantiene los canales de comunicación abiertos, eso le da la mejor oportunidad para ayudar a sus hijos.Déjelos que cuenten su historia.
• Fije metas y pautas: Ayúdelos a establecer metas para el presente y el futuro. Fije pautas o límites y monitoree el quién, el qué, el dónde, el cuando y las horas límites de llegada.
• Ayúdelos a desarrollar una estrategia que los mantenga alejados de situaciones en las que pudiera haber sexo, como fiestas en las cuales no existe supervisión de un adulto.
• Eduque, motive y faculte: Entregue a sus hijos todo su apoyo y la información y las habilidades necesarias que necesitan para tener éxito.
Si su adolescente decide no dejar de tener sexo, las mismas sugerencias son aplicables. Pero también es muy importante que le ayude a su hijo o hija a ir al doctor para establecer un plan que reduzca las posibilidades de embarazo o de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

martes, 17 de agosto de 2010

La ciencia un virus que engaña…


Soy una mujer casada, tengo 2 hijos. Les cuento que me pasó un caso muy doloroso: me cuidaba con pastillas por cierto tiempo, pero después quedé embarazada, pero en este embarazo tuve muchos malestares y problemas.
Fui donde el médico, me hicieron una ecografía y según el médico, tenía una malformación y él me dijo que tenía que sacármelo. Fui donde otros especialistas y también decían lo mismo, solamente un doctor me dijo que no me lo sacara pues eso era un aborto, que si tenía fe en Dios que creyera, que ese hijo que llevaba en mi vientre iba a nacer bien o naciera como naciera, igual es mi hijo y tenía que brindarle amor.
Este médico me hizo reflexionar en ese momento. Llegado los 8 meses y después de dialogar con mí esposo, en pensar en el problema del niño, me llené de temor y tomé la cruel decisión de sacármelo. Fui donde un médico para que me lo sacara, me dijeron que tenía que presentar los dolores, porque así no me lo podían sacar.
Fui donde otro médico y me colocó una inyección para que se me adelantaran los dolores o contracciones. De vuelta a mi casa, entré en una duda, tenía miedo, había perdido la fe. Ya con los dolores me dirigía hacia el hospital en Plato. En el viaje yo miraba a mi esposo y él a mí, ambos llorábamos por la cruel decisión que habíamos tomado.
Al día siguiente, al medio día me hicieron la cesárea y para asombro de los médicos, el niño estaba perfectamente bien. Era un niño hermoso, blanco y tierno, tenía su cabellito negro y yo al verlo lloraba de felicidad al ver un niño tan bien formado y hermoso. Los médicos no se explicaban qué había pasado (ellos y sus estudios). Lamentablemente, el niño no pudo resistir y murió en la cesárea; también, me desconectaron, pues ya estaba planeando también eso.
Hoy estoy tan dolida y tan arrepentida por haber matado a mi hijo, me siento engañada por la ciencia y estoy tan dolida por no tener fe en Dios y creerle a ese doctor. Confieso que he quedado con problemas después de haberme desconectado, paso inflamada, con hemorragias y lo peor, después de la desconexión perdí totalmente el apetito sexual. Marelvis, Colombia.

Aprender a valorar la madre viva


Hay oportunidades en las que las madres y sus hijas dan la impresión de ser hermanas debido a que la familia se comenzó a levantar temprano y a que se logra el milagro de un crecimiento familiar en armonía con buena comunicación y respeto entre sus miembros.
Tal es el caso de las hijas de la escritora Angela Hernández: Cristabel, Aurora y Carolina (hermanas de Giordano José Hernández), muchas veces, cuando acuden como familia a un evento.
Las madres son un tesoro que cada quien tiene en casa. Las madres son un ser que, lastimeramente, se comienza a valorar cuando ya no están. Se trata de aprender a valorar el privilegio de tenerlas consigo.
“Nuestra madre tiene una serie de hábitos saludables de vida que incluye ejercicio diario, una alimentación basada en vegetales y desarrollada con mucha creatividad buscando nuevos sabores y combinaciones con elementos no puramente cárnicos como el queso. El secreto de su estado de salud parte de sus lecturas de la sabiduría oriental y de un gran sentido práctico”, afirma Cristabel Hernández.
Apunta Carolina que en su familia se ha valorado mucho la convivencia con la madre, quien es escritora y consultora en temas de género, para incrementar la comunicación.
“El secreto de una buena relación con la madre, más allá de los aspectos puramente formales y exteriores como es la apariencia física nos alegra mucho que nos confundan, pero nos alegra mucho más saber que hemos establecido una relación trascendente con ella, que somos parte de un equipo que se ama, se comprende y que ha aprendido a bregar con las diferencias generacionales y temperamentales, que las hay”, dice Carolina Soto Hernández.
Una madre que ve crecer y desarrollarse a sus criaturas es un hecho que pocas veces se valora como es debido.
¿Cuántas jornadas de trabajo no reconocido desarrolla una madre para ver crecer sus hijos? ¿Cuántas veces ha tenido que madrugar para preparar la ropa limpia de la escuela, el desayuno nutritivo y husmeante en la mesa, teniendo encima el peso emocional y muchas veces financiero, del hogar?
Bellamire Alevante, hija de Cándida Lidia Taveras de Alevante, quien trajo al mundo 13 hijos hizo con sus hermanas una reflexión sobre el hecho de tener su madre viva: “Tus hijas e hijos nos pusimos a pensar en cómo definirte. Te debemos mucho más que la vida misma, hoy decidimos pensar en ti. Tus trofeos somos todos nosotros: Las que te amamos como el ser más preciado; las que hemos estado a tu cuidado y las que hemos estado ahí cuando ha hecho falta cuidarte”, dice la declaración que escribieron para El Nacional.
Y siguen diciéndole: “Eres la representación en la tierra del infinito amor de Dios. Tal cual eres, amante, tranquila, servicial. ¡Cómo olvidarte un solo instante! No es el Día de las Madres que impone la sociedad lo que nos hace llegar hoy para que sientas cuán fructífera fue la siembra”.
Para una madre el traer 13 hijos al mundo no fue una labor sencilla. Son ellos
Yisselle, Magdalena, María Ernesta, Yolanda, Rosario, Bellamire, Bienvenida,
José Manuel, José Enrique, Félix Faustino y Mercedes. La vida de doña Cándida es la historia de una heroína anónima. Ella pasó por la difícil situación de enterrar a dos de sus hijos. Tuvo que acudir al sepelio de Rafael y Manuel de Jesús Alevante, quienes fallecieron siendo adultos.
Altagracia López (Mamine) habla con profundo amor de su madre, Eulogia López, con el amor infinito de quien se siente más que agradecida. Ella vive en Las Palomas, Santiago.
“Frente a una madre no se puede tener simple agradecimiento. Ella no hizo un favor empresarial cuando hizo lo que realizó para levantar esta familia. El amor de una madre no se puede definir así por así. Mi consejo es que cada hijo ame a su madre todos los días y se lo exprese cada día”, afirma.

¿CÓMO SUPERAR LAS ADICCIONES?


Superar las adicciones es difícil, pero no imposible; detrás de esa dependencia hay una persona sufriendo, con una baja auto-estima, puede que nos vistamos glamorosamente pero nuestro corazón está cubierto por harapos.
Desde muy niños, venimos arrastrando sufrimientos que muchas veces, la familia, la escuela o los amigos no vieron o pudieron repararlos; quizá pequeñeces que han calado muy adentro de nosotros, cosas que hoy expresamos viviendo una vida de adicción.
Lo que hay que ver es que detrás de todo esto existe una persona necesitada de amor y comprensión, que esconde en sus entrañas los más nobles sentimientos y virtudes, que los hacen personas especiales y sin igual.
Perdemos nuestra personalidad en un mar de vicios y sobreestimamos el valor que realmente tenemos; así, opacamos nuestras virtudes.
Muchas veces decimos: “pobre de mi”... “y tras de eso con una enfermedad que no se cura”... “Pero no hay nada”. “Yo conozco mis síntomas y con esto me la juego, no necesito ser perfecto”.
Se cierra de esta manera y no permite que nadie le diga, le haga o le ayude.
Pero no solo eso piensa un vicioso, “la rutina, me aburre, si no hago nada interesante que me divierta o me distraiga; con mi enfermedad; me siento desolada, triste, me obstina todo lo que tengo a mi alrededor.... caigo en depresión,...voy de bajada me escapo y me voy....”.
Con esto se inicia el círculo adictivo.
En realidad, el tener una co-dependencia no sólo implica una dependencia a las drogas, sino que para llegar a ellas hemos formado un círculo con otras adicciones como son: el sexo, la comida, los dulces, el café, la religión, o el gastar dinero hasta terminar con el y sentirnos miserables cayendo en picada.
Este es el clímax de este círculo vicioso.
Hace mucho tiempo que formamos ese círculo vicioso, quizá cuando niños, cuando en algún momento tuvimos dependencias de ese tipo y las sustituíamos con algún dispersante, que luego en una edad temprana acabamos por cambiar.
El tener conocimiento de esto no nos satisface, lo tratamos de admitir, no nos consuela. Deseamos ser alguien en la vida, pero no tenemos la fuerza para romper ese remolino que nos lleva a profundidades insospechadas y no atisbamos el momento en que caemos.
La esquizofrenia está ahí; sufrimos, nos duele; como que no podemos expresarnos con fluidez: la ALOGIA esa dificultad o pobreza de léxico nos hace escondernos de los
demás, la ABULIA ese cansancio, el sentirnos incapaces de ser constantes como cualquier persona que trata de tener proyectos y metas por cumplir nos agobia.
Además la adicción nos ha arrebatado la voluntad, el poder personal y la fuerza de luchar. Aunque después de una crisis nos embarga el miedo, el dolor y hasta la vergüenza que nos produce el sabernos adictos a las drogas graves y socialmente no permitidas, aprendemos de esta experiencia hasta una recaída.
Otras veces, no aceptamos nuestra ingobernabilidad, nos negamos a admitir esta otra enfermedad y si creemos que la aceptamos es con resignación; aunque en realidad esto no es verdadero ni duradero; nace un temor, el cual si no somos honestos con nosotros mismos, podremos volver a caer en ella.
Una definición de tipo funcional nos dice que un co-dependiente en la estricta definición es toda aquella persona que ha invertido valores fundamentales y cree que requiere de mecanismos externos para enfrentar la realidad de la vida.
Mientras no admitamos y aceptemos que tenemos un problema (adicción, enfermedad, circunstancia social, etc.) el peso del mismo crecerá conforme pasa el tiempo, y no tendremos la fuerza para cargarlo.
Estamos en banca rota espiritual, en consecuencia; quebrados material, física, familiar, social, y financieramente. Creemos que podemos salir adelante sin ayuda de nadie, tomamos esa actitud ya sea por orgullo, vanidad, rencor, resentimiento, cólera u otras actitudes negativas.
Cuando menos lo esperamos volvemos a lo mismo.
La solución está en hacerle frente a todas esas máscaras que nos ponemos todos los días; desenmascarémonos, por fin, dejemos de ser víctimas, seamos humildes honestos y rescatémonos, veámonos, como somos, como todo ser humano; virtuoso, que ayudados de la terapia y el apoyo de los seres que amamos, saldremos adelante, aunque no creamos en nosotros ahora, el tiempo se encargará de decirnos que la lucha valió.
De lo que se trata entonces es dejar a un lado lo que siempre nos dañó, daña y dañará y darnos cuenta que conmiserándonos o culpándonos no ayuda, nadita.
Cuando descubrimos que no estamos solos en este mundo, que hay otras personas con problemas, quizás iguales a nosotros, personas que tratan de meterse en nuestros zapatos para tratar de entendernos, personas, con problemas también, pero sí, seres humanos que nos quieren ayudar; no nos soltemos, mantengámonos asidos -no desperdiciemos la oportunidad; démonos ese chance, démonos la mano; démonos cuenta de que somos parte de un Proyecto o Plan Universal; llamado Amor; expresado a la humanidad como un Proyecto de Vida, con Cristo demostrándonos que somos parte de un ser divino y a la vez un ser humano con una fuerza cósmica, que traemos de nuestros antepasados luchadores.
El Amor como proyecto, totalmente diferente del que nos hizo creer la escuela, la televisión, el sistema en que vivimos, la sociedad, e inclusive hasta la familia, que por desconocimiento y falta de información, nos dieron una falsa visión de ese don divino,
propio de la especie humana; descubriremos que no estamos solos; que la gente que nos rodeó o nos rodea siempre nos quiso, quiere y querrá, pero por tener invertidos una serie de valores, creímos y algunos todavía creemos, que lo que querían era hacernos daño; nos llegamos a sentir un pedazo de la nada, crápulas, empequeñecidos, una piltrafa humana sin derecho a nada, sin oportunidades para enfrentar el mundo, es el camino equivocado, lo importante es, saber que somos personas con una familia Divina, descendemos de un Ser y Hombre excepcional, somos hechos a imagen y semejanza de Dios, por ende con un potencial excepcional, con una humanidad que podríamos construir con exquisitez, que en nosotros no pueden haber resentimientos de ninguna clase y que estamos en el mundo como parte de un gran plan. Desde cualquier lugar, puesto, oficio, o profesión que escojamos.
Aceptémonos, admitamos y valoricémonos en todo, ante todo y sobre todo, no importa lo que hemos sido o vivido. Lo que debemos hacer es realizarnos con autocrítica, sobre todo, si el camino trazado es el correcto.

Si esas debilidades que tanto dolor nos causaron, deben permanecer en nuestra mente y espíritu o si por el contrario comenzaremos a partir de hoy a labrar un nuevo camino, no nos resignemos a nuestra suerte, luchemos en el buen sentido de la palabra contra la adicción, con honestidad y ahínco.
Y contra la esquizofrenia, dejemos que la medicación y la terapia se encarguen de ella.
Esta retrospección ha de ser franca, forjada sobre la base de pasos firmes y la certeza de que un Ser Superior, por encima de nosotros mismos y de nuestros terapeutas, quiere ayudarnos, quiere que seamos nuevos, quiere que cumplamos con ese Plan Universal, de que seamos auto-realizados, felices y libres.
Esa mirada hacia dentro implica hacernos ese examen de conciencia para determinar si esas debilidades van a seguir en nuestro camino como la sombra sigue al esclavo; o las desterraremos para siempre por el derecho que tenemos de ser felices.
Tomemos las previsiones del caso, seamos precavidos, con ese mandato divino de ser felices, valorémonos en todo a la vez, incluso en el fango en que estuvimos.
Si no hubiéramos estado allí; hoy, no podríamos discernir entre el almuerzo suculento y el hambre.
“Si no fuera por nuestros defectos, no tendríamos mucho trabajo interior que hacer”. “Todo comienza con la decisión de quitarse las anteojeras que condicionan nuestra visión del mundo y buscar la verdad”.

Salvada de una vida de adicción a las drogas y al ocultismo


Hoy queridos lectores le hablare sobre la adiccion un relato de la vida real y espero de corazon que si esta en ese mundo negro lo sepa dejar a tiempo :

Hola, me llamo Jessica, me gustaría contaros cómo Dios me dio una vida nueva.

Cuando era una niña creía en Dios, pero no entendía la Biblia. Por eso, traté de mantener mi fé asistiendo a una Iglesia Católica los domingos, usando cuentas de Rosario en casa y haciéndome acólito. Me di cuenta rápidamente de que todo esto no me acercaba más a Dios, así que a la edad de once años más o menos, di la espalda a esta religión y presté más atención a mis amigos. Nos encontrábamos cada día frente al edificio de la Iglesia para pasar el rato juntos.

Un día quisimos asistir a misa ya que una de mis amigas no había estado nunca, pero el cura vino a decirnos que si queríamos crear problemas deberíamos marcharnos. En ese momento supe que quería romper con el Cristianismo, al menos con la religión Católica que era completamente intolerante e hipócrita.

A la edad de doce o trece años mi vida consistía más y más en verme con mis amigos. En una fiesta que duró toda la noche en casa de un amigo, después de beber cerveza y champaña, me emborraché por primera vez y poco tiempo después sentí los efectos del hachís al consumirlo por primera vez. Con bastante rapidez, fumar hachís se convirtió en algo habitual. A diario quedaba con mis amigos para fumar. Nos encantaba todo lo que era extremo, empezamos a llevar solamente ropa negra y a escuchar música oscura como “Dead Can Dance”, “Goethes Revén”, “Current 93” y canciones como “God Is Dead” (Dios está muerto). Concentrábamos nuestros pensamientos y nuestras mentes en las enseñanzas de Aleister Crowley y nos aislábamos en un mundo en el que nuestros padres no tenían cabida.

Siguiendo el principio que Aleister Crowley enseñaba y que dice “Haz lo que tú quieras, será el todo de la ley” decidí vivir cada instante y hacer siempre lo que quería hacer en ese preciso momento.

Por entonces yo me sentía muy atraída por toda clase de prácticas místicas y ocultistas como: usar el péndulo, la tabla guija, cartas del tarot, etc., pero cuanto más me sumergía en ese mundo, más deprimida me sentía. A menudo me sentaba con mis amigos y nos infligíamos dolor haciéndonos cortes en forma de cruces en los brazos o apagando cigarrillos en nuestra piel. En algun momento mis padres descubrieron mis heridas y me prohibieron llevar ropa negra, lo que hizo que yo me la pusiera en secreto en cuanto salía de casa.

La relación con mis padres ya no era muy buena porque los excluía de mi vida y les mentía en muchos aspectos; en particular en lo que se refería a mis hábitos con las drogas, revelando sólo lo que no podía ocultar. Cuando se enteraron de que fumaba hachís fue para ellos como una bofetada en la mejilla pero se esforzaron en hablar conmigo. Debido a la desesperación de mis padres quise dejar de fumar, pero esta decisión no duró mucho ya que la vida sin drogas parecía bastante aburrida y monótona.

Continué viviendo una mentira y les dije a mis padres que no tomaría nunca nada más. Ellos me creyeron al principio ya que yo aún era capaz de continuar con mis estudios bastante bien, pero pronto descubrieron la verdad. Traté de dejarlo una vez más pero volví a caer y les mentí continuamente. Esto se repitió una y otra vez en los años venideros, excepto que las drogas cambiaron del hachís y alcohol a drogas duras.

A la edad de quince años tuve mi primer “viaje” con LSD, lo que me convenció de que había un mundo espiritual. Durante bastante tiempo pensé que las drogas eran mi religión y que ellas me mostrarían la verdad. Adoraba a Jim Morrison y me propuse “atravesar al otro lado”. Cuando uno de mis amigos empezó a tomar heroína, yo la probé un par de veces, pero prefería LSD y pastillas de éxtasis.

Cuando tenía diecisiete o dieciocho años iba con mis amigos a fiestas “rave”, (con música acid) donde bailábamos toda la noche hasta el dia siguiente. Me encantaba bailar y pasar a un estado de éxtasis y odiaba cuando, al mediodia, se encendían las luces, la música paraba y nos teníamos que marchar. A menudo, un gran vacío permanecía en mi interior en lugar del éxtasis. Para llenarlo otra vez y para sentirme “alerta” y con fuerza durante la semana, a menudo tomaba pastillas (éxtasis y anfetaminas) incluso fuera de los clubs (discotecas). Como efecto secundario empecé a tener ataques de pánico. Mis pensamientos estaban primordialmente ocupados por descubrir la “verdad” y por lo que otra gente pensaba, haciéndose cada vez más difícil para mí hablar de cosas cotidianas. Cuando estos ataques se hicieron más frecuentes y más desagradables, volví a tomar heroína pensando que, como había hecho antes, podría dejarla otra vez. Pero en esta ocasión la heroína me “ayudó” a volver a pensar en cosas normales. Me sentía estupendamente y me gustaba el hecho de que por fin podía hablar sobre asuntos corrientes y era capaz de hacer de todo normalmente.

Al principio fumaba heroína sólo los fines de semana, pero pronto lo hacía durante la semana también y eventualmente empecé a hacerlo a diario. Durante el primer año no necesitaba demasiada para sentirme bien y hasta los síntomas de abstinencia eran sólo algo parecido a tener una leve gripe, así que conseguí pasar mis examenes finales en el colegio sin grandes problemas.

Por entonces, aún estaba convencida de que yo controlaba y de que podía dejar de ser dependiente de la droga cuando yo quisiera. Después de los examenes finales me marché de casa de mis padres a un piso propio. Dejé a mis antiguos amigos porque sus inquietudes y preocupación me irritaban y yo quería estar con gente que tuviera los mismos intereses que yo: ¡heroína! Así que me relacionaba casi exclusivamente con heroinómanos. En algún momento durante ese tiempo me quedé embarazada. Estaba totalmente desesperada ya que el padre del bebé estaba en la cárcel por una pelea con arma blanca y decidí que, en definitiva, no podía tener el bebé. El aborto se realizó bajo anestesia general y cuando desperté lo único que sentí fue un gran y profundo vacío. Unos días más tarde empecé a tener frecuentes ataques de llanto y supe que mi vida no volvería a ser nunca igual. Hablé de ello con mis amigos y con un psicólogo. Todo el mundo me confirmaba que había tenido buenas razones para tomar esa decisión, pero el sentido de culpabilidad no me abandonaba. Desde ese momento me hice todavia más dependiente de las drogas que antes. Puse el límite que debería avisarme a tiempo para que parara de consumir más lejos que antes y además de todo eso, perdí la moralidad que todavía me quedaba.

Comencé a ir diariamente a un doctor que me daba metadona, una droga sustitutiva de la heroína, y que debía ser tomada bajo estricta supervisión médica. Pero no logré tomar únicamente metadona por mucho tiempo. En vez de eso, allí conocí más gente del mundo de la droga y después de recibir nuestra dosis de metadona, a menudo íbamos al camello más cercano para comprar heroína. Con el tiempo empecé a necesitar más y más cantidad de heroína para sentirme normal.

Aun así, me convencí a mí misma de que podía dejar de tomar drogas en cualquier momento si así lo deseaba. Y esto a pesar de que mi novio había muerto de una sobredosis de heroína. Por entonces el doctor me recetaba metadona para ayudarme a sentirme normal y por añadidura yo tomaba heroína para “colocarme”. Después de algún tiempo, unos cuantos médicos me echaron fuera porque más tarde o más temprano todos habían descubierto que aún seguía tomando heroína también.

Por primera vez fui a una clínica de desintoxicación. Una vez más, tuve que salir de ese sitio después de sólo tres días porque mis niveles de heroína no disminuyeron. Así que continué con mi doble vida. Para mantener la apariencia de una joven normal continué mis estudios para hacerme trabajadora social infantil, lo cuál hacía bastante bien mientras tuviera suficiente heroína. Era un círculo vicioso porque necesitaba las drogas para funcionar normalmente. La metadona que recibía del doctor no era la adecuada para eliminar el síndrome de abstinencia ya que continuaba tomando más heroína que metadona. Normalmente tomaba de 5 a 10 gramos de heroína diarios; esto añadido a la metadona. Me pasaba el día buscando y tomando heroína simplemente para funcionar. No quedaba ni tiempo para amistades. Por la mañana, a mediodia, por la tarde y por la noche yo sólo tenía un propósito: ¡HEROÍNA! Heroína era en lo primero que pensaba por la mañana y mi último pensamiento por la noche; a veces incluso mis sueños estaban poseídos por este ardiente deseo.

Después de un tiempo, traté de hacer otra cura de desintoxicación en una clínica. Como allí no podía dormir por las noches, fui al doctor y le pedí que me recetara pastillas para dormir. No quiso hacerlo y me dijo que seguramente había una buena razón por la cual no podía dormir y que debía dar gracias al Señor. Yo me sentí bastante enfadada ante su reacción y pensé que estaba loco. Seguía sin poder dormir y empecé a hablar a Dios en mi desesperación, pidiendo que me ayudara.

Finalmente fui dada de alta del hospital y “limpia de drogas”, pero la primera cosa que mi novio y yo hicimos fue comprar heroína. Estábamos demasiado “colocados” para conducir a casa. Esa noche tuvimos que pasarla en nuestro coche frente a la clínica. Por fin tuve que admitirme a mí misma que era una adicta. Cada día me costaba más mantener la buena imagen que quería aparentar. Al final perdí mi carnet de conducir y mi piso. Con grandes deudas tuve que volver a casa de mis padres. Les dije que no volvería a consumir nada nunca más. En aquel momento estaba cansada y muy débil. Mientras habia suficiente heroína me sentía bien pero cuando no tenía suficiente o no era de buena calidad, me daba cuenta de lo miserable que era sin esa sustancia, ni siquiera era capaz de caminar normalmente y cosas así. A menudo estaba acostada en mi cama llorando y pensando que necesitaba algo que pudiera ayudarme. Pero pensaba que una vida sin drogas no merecía la pena vivirse. Sin drogas yo sentía un profundo anhelo que parecía ser peor que mi adicción. A menudo pensaba: “Imagina si tuvieras todo el dinero del mundo y pudieras comprar todo lo que quisieras…”, pero no podía pensar en nada que pudiera hacerme feliz y que llenara aquel vacío dentro de mí. Decidí que sería mejor tener una vida corta con drogas que una larga vida sin ellas.

Después de llegar a esa conclusión sobre mi vida, un día conocí en la calle a un cristiano llamado Georg. Él, junto a otro hombre, me habló sobre Jesús y de cómo Dios había cambiado su vida completamente. Además, me explicó que yo era una enemiga de Dios, pero que Dios me perdonaría si me convertía a Él, era bautizada por inmersión y bautizada en el Espíritu Santo con evidencia de hablar en otras lenguas. Todo lo que hubiera hecho hasta entonces, hasta un crimen que hubiera cometido, sería como si no hubiera sucedido nunca. ISAIAS 1:18: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana”. Estas palabras me afectaron profundamente, porque dentro de mí sabía que, entre otras muchas cosas, era culpable de asesinato. Hasta ese día ninguna otra religión ni psicología había podido borrar mi sentimiento de culpabilidad. Entendí que si Dios realmente existía, sabía que yo había cometido muchos pecados y que mi vida estaba llena de mentiras. Finalmente Georg y yo intercambiamos los números de teléfono y después fui al lavabo más cercano y tomé heroína.

Después de este encuentro con Georg, pensé más y más sobre las consecuencias de mis actos si en verdad había un Dios. Estaba tan profundamente metida en mi mundo de drogas que pasó algun tiempo antes de que Georg y yo volvieramos a encontrarnos. Entre tanto, Georg puso en mi buzon el libro “La Cruz y el Puñal”. Cuenta la historia de un hombre que vivió con bandas (gangs) en Nueva York y vio cómo miembros de estas pandillas adictos a la heroína, eran liberados de su adicción después de recibir al Espiritu Santo de Dios. Esto me ocupó tanto tiempo que no pude dormir en toda la noche. No podía entender por qué nadie lo sabía, ya que es evidencia clara de que Dios existe. Al día siguiente, mientras caminaba a mi trabajo, de repente empecé a llorar y de alguna manera supe que Dios estaba allí y reconocí todas las cosas completamente contrarias a Él que había hecho en mi pasado.

Un día, eventualmente, encontré a Georg. Mientras íbamos en el coche conduciendo él pidio permiso para hacerme una pregunta muy personal. Como dije “sí”, me preguntó si había tenido un aborto alguna vez. Le pregunté cómo se le había ocurrido y él simplemente contestó que le había venido al pensamiento mientras oraba. ¡Me sentí vencida! Ésa había sido la verdadera razón por la cual no había podido ser liberada en todos esos años. De alguna manera supe que esto venía de Dios y que estaba tocando mis puntos más dolorosos para mostrar que Él no me había abandonado. Esa tarde visitamos a un matrimonio muy amable que eran amigos de Georg y me contaron cómo ellos habían llegado a Dios. En su relato siempre usaron el término “relación con Dios” y yo me preguntaba cómo era posible tener una relación con Él: eso no era algo que me habían enseñado durante los años en que asistí a la Iglesia. Poco tiempo después fui con ellos a una reunión de la Asamblea y me di cuenta de que esas personas poseían algo que yo definitivamente no tenía pero que deseaba tener.

Georg me explicó que cada ser humano tiene un deseo natural de estar con Dios, pero que la mayoría trata de suplirlo con cosas como el trabajo, dinero, drogas, etc. Me dijo que sólo Dios podía realmente calmar ese anhelo. A partir de ese día empecé a leer la Biblia de vez en cuando, pero como no entendía casi nada Georg me explicaba el significado de algunas Escrituras por teléfono. Me sentía muy impresionada por algunos de esos Evangelios que decían que de nuestro cuerpo fluirán fuentes de agua viva y que no volveremos a estar sedientos si nos volvemos a Dios; JUAN 4:10,13,14 “Respondió Jesús y díjole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva... Respondió Jesús y díjole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed; Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” Esto me conmovió profundamente porque sabía que era esa sed la que volvía una y otra vez. Un dia recé a Dios y dije que Le entregaba mi vida si la quería y poco después decidí ser bautizada.

Hasta entonces aún estaba totalmente enganchada a la heroína. Cuando me despertaba por la noche, mi cuerpo me dolía debido al síndrome de abstinencia. Inmediatamente tenía que tomar algo para poder volver a dormirme. Georg estaba absolutamente convencido de que Dios me sanaría en un instante de mi adicción a la heroína y me dio varios ejemplos de personas que habían tenido la misma experiencia. Mi fé no era exactamente grande. Pensé que a lo mejor les había funcionado a otros, pero no estaba segura de que Dios pudiera hacer lo mismo por mí debido a la gran cantidad de heroína que habia consumido. Después de tomar heroína por última vez a la 1 p.m., fuimos a rezar juntos y yo recibiría al Espíritu Santo con evidencia de hablar en lenguas. Yo misma me asombré cuando de repente, silabas desconocidas fluyeron de mi boca. Estaba abrumada. Después fuimos a un lago y fui bautizada por inmersión. Más tarde, decidimos ir a mi vivienda para deshacernos de todas las drogas que había almacenado allí. Estando en casa pensé que sería placentero fumar un último cigarrillo, pero cuando lo encendí e inhalé el humo, de repente todo este procedimiento me resultó extraño y, a pesar de que normalemente fumaba tres paquetes de cigarrillos al día, no he vuelto a tocar otro pitillo desde esa experiencia y sin ningún esfuerzo. Ahora era el turno de las drogas. Temblando ligeramente, tiré al inodoro toda la heroína que tenía. Hasta entonces, esas drogas eran mi razón de vivir, mi único gozo en la vida pero Dios hizo posible que yo pudiera tirarlas todas.

Durante los primeros días después del bautismo, me quedé con personas de la Asamblea y aunque al principio no estaba convencida de que iba a funcionar, descubrí que no tenía “mono”. Me sentí un poco débil pero eso no era nada comparado con los síntomas que me producía no tomar heroína aunque sólo fueran unas pocas horas.

Dios había eliminado completamente mi adicción física. No sólo eso: mi sujeción mental a la droga había desaparecido también. Noté que todo era diferente. Sabía que Dios estaba conmigo. En ese momento una de las Sagradas Escrituras me vino a la memoria: 2 CORINTIOS 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” y sabía que era exactamente así. Los recuerdos de mi antigua vida todavía estaban presentes, pero de algun modo sabía que aunque solo habían pasado unos dias, todo eso pertencía al pasado.

Hace ahora cuatro años desde que tomé la decisión de volver al Señor y puedo decir que mi vida ha sido bendecida por Él. Una de las primeras cosas que hice después de mi conversión fue tener una conversación honesta con mis padres y por primera vez en años contesté a sus preguntas sin mentirles. Aunque ellos se mostraron escépticos al principio, Dios cicatrizó las viejas heridas y ahora son muy felices al ver que mi vida ha cambiado tan drásticamente.

Hace dos años que Georg y yo nos casamos y estamos planeando irnos a Australia por algún tiempo como misioneros, lo que es realmente emocionante. También tenemos una hija pequeña y estoy verdaderamente agradecida al Señor que me dio una familia y una vida nueva.

Retrospectivamente, puedo decir que Dios hizo por mí lo que les había sido imposible lograr a doctores y trabajadores sociales. Sin embargo, aparte del hecho de que Dios me liberó completamente de mi adicción a la heroína, el mayor regalo y el más especial es que Él perdonó mis pecados y que por medio del sacrificio de Jesús, por Su muerte en la cruz y Su resurrección, Él me dio la vida eterna y salvó mi alma de una eternidad en el infierno.

MARCOS 8:36: “Porque ¿qué aprovechara al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”
ROMANOS 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

martes, 3 de agosto de 2010

Sobreviviendo


Hoy le voy a relatar sobre un tema que es de mucha tristeza y digno de admirar a la vez… conozco a una persona que la considero ella en su adolescencia fue victima de abuso sexual por parte de su tío, a los 13 años cuando su vida comenzaba a florecer, esta persona maléfica abuso de ella, su madre lo supo pero como era su hermano no supo que actitud tomar, sin embargo tomo las menos adecuada en NO creerle… e ignorarla a la vez.

Hoy esta persona que tuvo tan terrible experiencia se supo defender de la vida… con la ayuda de su abuelo supo salir adelante y su calvario no termino allí… ES UNA REALIDAD QUE AUN EN LAS FAMILIAS MAS "NICE" EL ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR SE DA.

Este terrible suceso la traumo, a sus veinte años tuvo su única hija quien es toda una joven a quien ella apoya a capa y espada ¨leona en fiera¨ a cuesta de su madre, quien nunca la apoyo.

Mi amiga es una madre soltera, siempre recuerda con amargura aquel traumático episodio en su vida… a pesar de aquella consecuencia se inclino por el mismo sexo, se a de imaginar de lo que le estoy hablado pues SI es lesbiana, muchas veces le en preguntado que la inclino por gustarle el mismo sexo y ella se queda callada….contesta en decir ¨SOLO DIOS LO SABE¨.

Pero esto no le a quitado el orgullo de ser una madre ejemplar, al contrario es una madre de admirar, supo defenderse de la vida, educo y da todo por su hija… convive con su pareja y siempre orgullosa de ser una defensora de las mujeres lesbianas que son reprochadas por un mundo que las juzga, sin saber su realidad…

Drogas: Recuperación, Etapas y Progresos


¡Hola amigos!.... hoy trataremos el tema de las drogas el proceso que este conlleva y sus consecuencias que deja en el ser humano, mucho más en las familias tener un hijo dragadito o mejor dicho un adolescente y el largo tratamiento que lleva al dejar están terrible adición así como las secuela que repercute en cada miembros que conforma un hogar.


Tratamiento y Recuperación:
Mientras que la recuperación es el proceso mediante el cual el adicto detiene su uso y produce cambios positivos en su estilo de vida, el tratamiento se define como una serie de actividades clínicas estructuradas que se utilizan con el fin de ayudar al adicto a reconocer y detener la adicción activa; así como promover y mantener la recuperación sostenida.
Es necesario clarificar la relación entre estos dos procesos que actúan de manera armónica y coordinada.
La recuperación es para toda la vida y su objetivo es el de mejorar la calidad de vida del adicto en recuperación.
El tratamiento esta delimitado a un período de tiempo, aunque podría ser necesario varias sesiones de tratamiento a lo largo de la vida del adicto.
El objetivo del tratamiento es poder asistir al paciente a lograr su recuperación.
La intervención familiar es un procedimiento dirigido a poder ayudar al adicto a tomar la decisión de entrar en recuperación. Esta intervención debe ser guiada por un profesional entrenado y se basa en el poder de la familia como grupo de presión positiva.
La intervención clínica también puede ser eficaz para comenzar el proceso de recuperación. Muchas veces el primer contacto con el tratamiento lo hace el adicto para tratar alguna complicacion secundaria al uso. Por ejemplo una gastritis aguda en el alcoholismo, o una enfermedad venérea en el adicto al sexo. Si en ese momento se hace el adecuado diagnóstico de adicción es más probable que se haga una recomendación de tratamiento específico para la adicción. Pero muchas veces no se hace el diagnóstico por la falta de entrenamiento que existe en las profesiones de ayuda en esta área del tratamiento de las adicciones.
Es recomendable asesorarse con un profesional de la adicción que está entrenado en esta área y cumpla con los requisitos para poder ser de ayuda.
Aun así no es necesariamente indispensable la intervención profesional pues muchos adictos se recuperan sin necesidad de tener contacto con el sistema de salud.
Existe aun mucha ignorancia en la comunidad profesional acerca del tema de la adicción, pero también hay una población, cada vez mas grande, de profesionales que están comprometidos con el entrenamiento, la actualización y la calidad de la atención necesaria para trabajar en el área del tratamiento de las adicciones.
Por otro lado, hay que guardar cuidado y prudencia pues, siempre hay un sector de farsantes que se aprovechan de la desesperación de las familias que sufren de la adicción para engañar con falsas promesas o "curas" mágicas.
No existen "curas" rápidas o mágicas; el simple hecho de proponerlas denota un desconocimiento craso del tema. Además esa actitud es precisamente el centro de la dinámica mental de la adicción: la búsqueda obsesiva del arreglo rápido, la sustancia mágica, la persona, lugar o cosa que nos "arreglará" la vida
El tratamiento de las adicciones debe ser integral, sistémico y estratégico abordando la mayor cantidad de niveles posible: personal, familiar, laboral, social, etc.; y se debe tener en cuenta a la persona de manera integral y completa.
Los cambios psicosociales son el foco donde la mayor cantidad de energía de tratamiento se invertirá, pues es allí donde la posibilidad de cambio constructivo es mayor.
Las diferentes herramientas terapéuticas pueden y deben ser usados de manera integral y teniendo en cuenta las necesidades especiales de cada persona, pero nunca como substituto del tratamiento psicosocial.
No existen tratamientos mejores que otros sino que cada persona tiene necesidades distintas y cada modalidad de tratamiento ofrece posibilidades distintas. Cada plan de tratamiento individual debería basarse en la severidad del proceso adictivo, las características individuales de la persona y la situación de funcionamiento psico-social en ese momento.
Los grupos de autoayuda son modalidades de tratamiento que han sido exitosos a lo largo del tiempo y son siempre recomendables especialmente en la etapa de mantenimiento.
Los estudios demuestran que un plan balanceado compuesto de asistencia a grupos de autoayuda y seguimiento profesional, es la terapia más efectiva, en los pacientes que no necesitan estar internados.

Etapas de la Recuperación
El proceso de recuperación puede ser dividido en etapas, para su estudio y comprensión. Estas etapas están basadas en el "modelo evolutivo de la recuperación" de Gorski.
Cada una de estas etapas lleva consigo una necesidad básica del proceso de recuperación, y está asociada a una serie de tareas que aseguran que la recuperación se mantenga en marcha.
1. Transición: En esta etapa la tarea básica es dejar ir la necesidad de control sobre el uso, ya sea de sustancias, en las adicciones químicas, o de conductas adictivas en las conductuales.
2. Estabilización: En esta fase toda la energía está enfocada en recuperarse de los efectos dañinos, que el uso compulsivo ha tenido sobre la vida de la persona en recuperación.
3. Recuperación Temprana: En esta fase se producen los primeros cambios internos, de pensamiento, sentimientos y actitud con respecto al uso.
4. Recuperación Media: Aquí se producen los cambios externos. La reparación del estilo de vida dañado por la adicción y el desarrollo de un estilo de vida mas sano y balanceado.
5. Recuperación Avanzada: Esta etapa esta definida por la superación de los asuntos emocionales y familiares pendientes, que provienen de la crianza, niñez y adolescencia.
6. Mantenimiento: Esta etapa se basa en la capacidad para mantener una vida balanceada y un crecimiento personal continuo.
Todas estas etapas se sobreponen unas a otras y no existe realmente una definición exacta que separe a unas de otras, pero funcionan para poder ubicarse en las tareas pertinentes al momento que se vive en la recuperación.

El Proceso de Recaída
La adicción, como enfermedad crónica está asociada con una tendencia natural a la recaída. Eso no significa que sea inevitable o apropiado tener recaidas, sino que son una realidad, y la mejor forma de prevenirlas, es aceptando el riesgo y conociendo mejor el proceso de la recaida, tambien llamado síndrome de la recaida.
Uno de las malentendidos más frecuentes es que la recaída es simplemente la vuelta al uso.
Aunque esto es parcialmente cierto, en realidad se le llama recaída a todo el proceso (1) que lleva desde un estado de abstinencia sostenida (2), hasta el consumo o adicción activa (3). Este proceso ocurre a lo largo del tiempo (4) y se manifiesta como una serie de síntomas o cambios, que son en realidad regresiones a los antiguos patrones de conducta y pensamiento que ya se habían superado.
Usualmente este proceso esta formado por pequeñas deciciones riesgosas (5) que la persona toma, y que, enlazadas unas con otras, van llevando a construir el camino de la recaída. Estas pequeñas deciciones, llamadas tambien "deciciones de riesgo relativo"(5), son aparentemente sin importancia, pero su efecto es acumulativo y van llevando al adicto hacia una situación imposible de resistir (7) , donde será inevitable el uso, pues los márgenes de suceptibilidad se sobrepasan. Existe una línea imaginaria, o línea de no-retorno (6) luego de la cual no es posible dar marcha atrás a la conducta de búsqueda y el uso es inminente. Aún así en la zona de transición entre la línea de no retorno y el uso, la recaída es primariamente conductual y de actitud, sin que hubiese ocurrido aún el uso.

Definición de la Recaída
La recaída se define como el proceso de retroceso a los patrones de comportamiento y pensamiento típicos de la adicción activa, que ya se habían superado, y que finalmente llevan de vuelta al uso, retrocediendo hasta llegar de vuelta al estado de enfermedad adictiva que existía antes de comenzar la recuperación.
Para poder hablar de recaída una persona debe haber estado previamente en recuperación, o sea asbtinente y con cambios de conducta, por un período significativo de tiempo. Por el simple hecho de no haber usado por un tiempo, el volver a usar, no necesariamente es una recaída. Podría tratarse de episodios de consumo alternos, dentro de un período de adicción activa.

lunes, 26 de julio de 2010

La tristeza, La soledad causa silencio en la adolescencia


“Dicen que la tristeza, la soledad la tenemos todos en algún momento de nuestra vida y que nos ayuda de cierta manera pero no logro comprender que bueno puedo sacar de esto que siento y que he sentido siempre”.
En el 80 por ciento de los casos, la depresión surge de manera progresiva y gradual. De síntomas inespecíficos y silenciosos, con frecuencia pasa inadvertida incluso para el propio paciente. A veces la desencadena la muerte de una persona querida, el divorcio de los padres, la traición de un amigo, la pérdida del empleo o cualquier otro factor externo desagradable.
Incluso, el acné juvenil es una causa frecuente de depresión (muy explicable, por otra parte, ya que a determinada edad la apariencia física es un factor esencial de la autoestima). De acuerdo con un estudio reciente publicado en el British Jornal of Dermatology, casi el 6 por ciento de quienes ven su rostro invadido por granos ha pensado en el suicidio. En otros casos, sin embargo, no hay un motivo aparente para sentirse deprimido: simplemente la persona no tiene ganas de hacer nada, ni de hablar con nadie; llora sin razón y se aísla.
En los adolescentes, la depresión suele acompañar ciertos desórdenes de conducta, como anorexia, bulimia, drogadicción, violencia, promiscuidad sexual. En términos generales, se considera que podría ser desencadenada, entre otras, por causas genéticas; por enfermedades antes mortales y hoy crónicas; por efectos secundarios de medicamentos utilizados ahora masivamente; por el consumo de drogas; e incluso por el alargamiento de la vida.
En la depresión juvenil parecen intervenir otros factores: los cambios acelerados en la forma de vida, en particular, la desintegración familiar y, según la ONU, la lenta ruptura con las tradiciones y las estructuras sociales.
Para el psiquiatra Alonso-Fernández, el estrés crónico, causado por las prisas del actual estilo de vida, la sobrecarga emocional en el trabajo y la pobre comunicación interpersonal, que genera una sensación de soledad. La soledad, el egoísmo exacerbado, signo de la cultura moderna, la inseguridad afectiva y el miedo al fracaso disparan la enfermedad.
A veces todos los adolescentes se sienten tristes o necesitados. Generalmente, estas emociones son reacciones lógicas a los altos y bajos que se tienen en la vida. Sin embargo, hay adolescentes que se ven envueltos rápidamente en la tristeza y la frustración. Estos adolescentes pueden vivir en un estado que sobrepasa a la tristeza.
Cuando las emociones depresivas persisten e interfieren con la habilidad del adolescente de funcionar normalmente. Aproximadamente el 5% de los niños y los adolescentes de la población en general padecen de depresión en algún momento. Entre los adolescentes, las chicas son más propensas a sufrir de depresión que los chicos. Además, la depresión está relacionada estrechamente con el suicidio. En el caso de todos los adolescentes, los síntomas de la depresión tienden a interferir con su desarrollo normal, a interrumpir las interacciones con su familia y a afectar su desempeño escolar.
En niños y adolescentes, los episodios de depresión duran de 7 a 9 meses y muchas de sus características son similares a la de la depresión en adultos. Los niños y adolescentes deprimidos están tristes, pierden el interés en las actividades que les gustaban antes, se critican ellos mismos y creen que otros los critican. No se sienten amados, son pesimistas y se creen impotentes en lo que se refiere a su futuro; piensan que no vale la pena vivir y se podrían presentar ideas de suicidio. Los niños y adolescentes deprimidos frecuentemente se muestran irritables y esa irritabilidad puede generar un comportamiento agresivo. Son indecisos, tienen problemas para concentrarse y no tienen energía ni motivación. Podrían descuidar su apariencia e higiene y sus patrones normales de sueño podrían verse afectados.
A pesar de que existen algunas similitudes, la depresión en los jóvenes es distinta a la de los adultos en ciertas formas muy importantes . Los síntomas como el miedo a la separación o la renuencia a conocer a nuevas personas y los síntomas físicos como los dolores generalizados, dolores de estómago y de cabeza se observan con más frecuencia en niños y adolescentes que en adultos con depresión. Los latinos que sufren de depresión tienden a expresar su angustia mental en términos de sufrimiento físico. Asimismo, en los adolescentes deprimidos es más frecuente la irritabilidad que la tristeza. Por último, la depresión y otros trastornos afectivos son los factores de riesgo más importantes en el suicidio de adolescentes. Las investigaciones muestran que los padres en verdad subestiman este hecho.
El diagnóstico y tratamiento de niños y adolescentes deprimidos es un factor crítico para prevenir muchos problemas académicos, sociales, emocionales y del comportamiento. El diagnóstico oportuno puede prevenir los altos niveles de suicidio y violencia entre adolescentes que vemos en la actualidad. El tratamiento eficaz puede permitir que los adolescentes vivan una vida plena.
Los padres alertas pueden jugar un papel vital para ayudar a sus hijos a superar la depresión al identificar sus señales y síntomas básicos. Le sería de mucha utilidad que usted imprimiera la lista de los factores de depresión.

la prudencia un valor que hay que rescantar


Al hablar de la prudencia estariamos mencionado que la prudencia es una virtud de la razón, no especulativa, sino práctica: la cual es un juicio, pero ordenado a una acción concreta.
La prudencia nos ayuda a reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia. La prudencia en su forma operativa es un puntal para actuar con mayor conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida.
La prudencia es la virtud que permite abrir la puerta para la realización de las otras virtudes y las encamina hacia el fin del ser humano, hacia su progreso interior.
La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos. Nos admiramos de las personas que habitualmente toman decisiones acertadas, dando la impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen; conservan la calma aún en las situaciones más difíciles, percibimos su comprensión hacia todas las personas y jamás ofenden o pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa, emprendedora y comprensiva.
El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos conducimos ordinariamente. Posiblemente lo que más trabajo nos cuesta es reflexionar y conservar la calma en toda circunstancia, la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.
La falta de prudencia siempre tendrá consecuencias a todos los niveles, personal y colectivo, según sea el caso. Es importante tomar en cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar la integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del respeto que debemos a todos los seres humanos.
El ser prudente no significa tener la certeza de no equivocarse, por el contrario, la persona prudente mucha veces ha errado, pero ha tenido la habilidad de reconocer sus fallos y limitaciones aprendiendo de ellos. Sabe rectificar, pedir perdón y solicitar consejo.
La prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, edifica una personalidad recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y estabilidad en quienes nos rodean, seguros de tener a un guía que los conduce por un camino seguro.

Como alcanzarla:
• El recuerdo de la experiencia pasada: Si una persona no sabe reflexionar sobre lo que le ha sucedido a él y a los demás, no podrá aprender a vivir. De esta manera la historia se transforma en maestra de la vida.
• Inteligencia del estado presente de las cosas: El obrar prudente es el resultado de un “comprender” mirando la comprensión como la total responsabilidad, como el verdadero amor que libera de las pasiones para llegar al final de la vocación humana “el conocimiento”.
• Discernimiento al confrontar un hecho con el otro, una determinación con la otra. Descubrir en cada opción las desventajas y las ventajas que ofrecen para poder llegar a realizar una buena elección.
• Asumir con humildad nuestras limitaciones, recurrir al consejo de todas aquellas personas que puedan aportarnos algo de luz.
• Circunspección para confrontar las circunstancias. Esto sería que alguna acción mirada y tomada independientemente puede llegar a ser muy buena y conveniente, pero viéndola desde dentro de un plan de vida, de un proyecto de progreso personal, se vuelve mala o inoportuna
La experiencia es, sin lugar a dudas, un factor importante para actuar y tomar las mejores decisiones. Aprender o no es nuestra opción.

lunes, 19 de julio de 2010

a ti hija


Hoy, al verte salir tan hermosa
y hecha toda una mujer,
he querido recordar,
cuando dentro de mi te llevé.
Con cuanto amor y ternura
mi vientre acariciaba,
para darte calor de madre
y que te sintieras amada.
Hoy, ya puedes tu, mi niña
ser madre también
y llevar en tus entrañas,
la vida de otro ser.
A Dios le pido en mis plegarias
que te conceda ese don
de ser madre algún día
como lo he sido yo.
Porque ese es, el don más maravilloso
que te pueda conceder,
poder sentir en tus entrañas,
la vida de otro ser.
Ojalá yo, pueda verte
y ayudarte en ese menester
de ver crecer a tus hijos
como a ti, te vi crecer.

LA EDAD DE LA AMISTAD


María tiene 15 años. Acaba de entrar en su casa. Viene de estar con una amiga. Unos minutos después, desde su habitación, comienza a enviar 'mensajitos' con su teléfono móvil. La madre de María no entiende que acabe de separarse de la amiga y quiera comunicarse con ella de nuevo.
En la pubertad y en la adolescencia, la independencia gradual de los hijos de sus padres coincide con la importancia creciente que adquieren para ellos los lazos de amistad. Esta relación no es casual si pensamos que la progresiva separación con respecto a sus progenitores, como referentes privilegiados de la infancia, deja paso a nuevos modelos de identificación: los iguales.

De ahí en adelante, los padres asisten, con más o menos perplejidad, a los cambios que se producen en sus hijos. Para entonces, las opiniones de los amigos, así como sus gustos, pasan a tener un peso hasta entonces inexistente y los intereses e ideas de los padres son objeto constante de fuertes cuestionamientos.

Apoyo extrafamiliar

Se trata de un momento de diferenciación y afirmación personal que necesariamente supone tomar distancia de los padres. Pero, al mismo tiempo, ese proceso deja al adolescente en un estado de indefensión e inseguridad. Es en ese período donde encuentra un apoyo especial en los amigos. Con ellos puede hablar de muchas cosas o permanecer en silencio, simplemente sintiendo la compañía de quien, como igual, atraviesa por circunstancias similares.

Así lo explica la psicoanalista Françoise Dolto en su libro La causa de los adolescentes: Entrará así en su adolescencia saliendo de la familia y mezclándose en grupos constituidos que, para él, tendrán momentáneamente un papel de sostén extrafamiliar. No puede abandonar completamente los modelos del medio familiar sin antes disponer de modelos de relevo.

Aclara que no son sustitutos, sino elementos de transición que contribuyen a su progresiva autonomía. Además, las grandes turbulencias físicas y psíquicas de esa época generan en los adolescentes un estado interior de gran malestar. En ese momento de inquietud y confusión, que ellos no pueden explicar, los amigos logran hacerles más soportable la vida.

jueves, 15 de julio de 2010

Inspire amor hacia el aprendizaje


Los niños que tienen amplio conocimiento y experiencia en una variedad de temas encontrarán el aprendizaje y la escuela más fácil y más interesante que aquellos que no los tienen. Los padres tienen el privilegio y la responsabilidad de compartir sus experiencias de vida con sus niños.
Hablar con sus niños sobre sus experiencias diarias les ayudará a usted y a su niño a entender mejor los diferentes puntos de vista, valores, sueños, e intereses de otras personas. Los padres no solamente necesitan hablarles, sino también escuchar a sus niños. Contestarles preguntas, o ayudarles a buscar respuestas, ayudará mucho a sus niños a desarrollar el valor de respeto a sí mismos.
Muchos padres piensan que actividades tales como ir al zoológico, museos, o presentaciones, compensarán el tiempo perdido con sus niños. Pero, también puede haber actividades educativas diarias, tales como ir al banco, ir de compras a la tienda, o hacer cualquier proyecto en casa. Los padres necesitan planear anticipadamente algunas cosas que pueden ayudar a su niño a descubrir el mundo.
Aquí hay algunas sugerencias para que usted y su niño disfruten de algunas actividades:
• Miren noticias o programas educativos por televisión.
• Renten o compren videos educativos.
• Visiten museos de historia natural, ciencia, arte, museos para niños, zoológicos, jardines botánicos, y algunos lugares históricos de su lugar.
• Visiten parques y bosques de la ciudad, o hagan un viaje corto a un lugar cercano.
• Lean artículos en el periódico, noticias, y algún otro tipo de revistas.
• Vayan a la biblioteca pública.
• Hagan de las vacaciones una experiencia de aprendizaje.
• Hagan pequeñas fiestas con un "tema" especial para los niños. Por ejemplo, una fiesta de disfraces alegóricos a una época, una presentación teatral, la imaginación es importante en este tipo de actividades.
Algo importante que los padres deben recordar es que ellos son los profesores más importantes en la vida de sus niños. Los niños desde que nacen muestran ansiedad por aprender, pero los padres necesitan ayudarles a canalizar ese aprendizaje. Hablar con los niños antes, durante, y después de cualquier actividad les ayuda a aprender los pasos necesarios en el aprendizaje.
Esta conversación también mejorará la comunicación y relación diaria con su niño. Cuanto más hable el uno con el otro, mejor será la comunicación y más placentera, y mejor conocerá usted a su niño.

lunes, 5 de julio de 2010

Matrimonios en etapas critica ¿cómo afecta a los hijos?


En los últimos años parece que cada vez se da un índice desmesurado de separaciones y crisis conyugales, aunque también es verdad que cada vez más las parejas buscan soluciones en los profesionales del comportamiento.
Publicado en http://personales.com/espana/madrid/apsired/crisis-de-pareja.htm
En la vida cotidiana en pareja todo gira siempre a torno a pequeñeces cotidianas que emergen una y otra vez intentando romper la estabilidad lograda. Hay que decir antes de nada que en toda relación de pareja sobrevienen crisis o momentos difíciles que son completamente normales y que se inscriben dentro del proceso normal de maduración conyugal. La vida en pareja tiene una serie de etapas bastante estandarizadas que pueden llevar a situaciones de riesgo, sin embargo son crisis de crecimiento, de compenetración y maduración. De un modo general podemos distinguir los siguientes periodos:
Etapa de formación de la estabilidad de la pareja. Es aquella fase inicial posterior a la fase de enamoramiento cuando se atraviesa la barrera de estar con uno mismo a pensar que se está con una persona con la que se puede llegar a compartir la vida.
Etapa de afirmación. Es la etapa de los primeros años de la unión estable de la pareja, bajo un mismo techo. Las personalidades están madurando pero es un proceso de adaptación costoso donde cada miembro de la pareja intentara imponer sus condiciones y en esa búsqueda del equilibrio estará el triunfo de la relación. Es una etapa donde tiene que reinar la tolerancia, el saber escuchar y llegar a compromisos. Suele ser la etapa de la llegada de los hijos que suponen una fuente de estrés importante.
Etapa de la mitad de la vida. Es una etapa de análisis minucioso del tiempo vivido, una etapa de balances. Es una etapa peligrosa para la relación de pareja si esta no tiene unas bases fuertes. En esta época la pareja puede morirse por cansancio y aburrimiento entre ambos, no hay nada que decirse, no se comparten hechos, impresiones, ilusiones futuras. Por otro lado pueden aparecer relaciones extraconyugales, los miembros de la pareja se sienten impelidos por estímulos novedosos, el tercero/a en discordia, y además suele suponer una inyección para “el ego de la persona”, ya que se ve con la capacidad para atraer y seducir a alguien. Si se dan relaciones extraconyugales las consecuencias serán negativas a medio o largo plazo para la pareja.
Etapa de la vejez. En esta etapa, la pareja que se ha mantenido firme y unida se une más estrechamente y el amor se hace más rico, mas autentico, comprensivo y sólido. Cuando han existido rupturas, la situación se experimenta de otro modo y es habitual que asomen sentimientos de culpa, frustración o desencanto, que dan una visión negativa y triste de la vida en común.
A continuación vamos a explicar que diferentes tipos de crisis pueden afectar a las parejas a lo largo de su relación:
Desgaste de la convivencia. En todas las parejas se dan crisis por el simple hecho de vivir juntos, es un desgaste normal. Una condición básica de la pareja madura es amar al otro con sus cosas positivas y negativas, pero después de haber intentado suprimir los ingredientes negativos que más afectan a la armonía conyugal.
Crisis de identidad. Son aquellas situaciones donde uno de los miembros de la pareja empieza a preguntarse cosas sobre su vida familiar, profesional. Al hacer balance de su vida en pareja no se siente feliz o duda sobre si es la vida que quería llevar. Podríamos hablar de comportamientos inmaduros típicos de personas que no saben lo que quiere, personas que han crecido sin un modelo de identidad, que no se conocen a si mismas, que tienen fuertes contradicciones internas y muchas veces una absoluta falta de responsabilidad.
Infidelidades. Por regla general este tipo de crisis son graves y suelen deslizarse hacia la ruptura, están teñidas de fuertes tensiones emocionales y de un acentuado deterioro de la vida en pareja. A veces se mantiene la vida de la pareja gracias a la capacidad de renuncia y sufrimiento de una de las partes, que llega a tener comportamientos verdaderamente heroicos.
Intromisión de la familia política. En este tipo de crisis lo que suele suceder es que la actuación desacertada e inoportuna de alguna parte de la familia política provoca una situación difícil y cargada de tensiones psicológicas.
Excesiva dedicación a la vida profesional. Aquí la clave va a residir en un excesivo tiempo dedicado a la vida profesional. Se da mucho mas en los hombres, sobre todo profesionales liberales que cada vez tienen menos tiempo para él y su familia puesto que su trabajo le ocupa la mayor parte del tiempo. En estas situaciones muchas veces se encuentran relaciones extraconyugales que aun complican mas la situación.
Enfermedad psíquica de uno de los miembros de la pareja. Cuando uno de los miembros de la pareja sufren trastornos psicológicos o psiquiátricos se dan crisis importantes. Aunque afortunadamente la mayoría son trastornos pasajeros (ansiedad, depresión) a veces se dan auténticos problemas de tipo psiquiátrico (paranoia, delirios, esquizofrenia) que hacen muy difícil la convivencia.
Monotonía. Es la crisis que se da cuando la vida se vuelve vacía, insípida, uniforme, aburrida, insustancial, etc. En este tipo de crisis lo que falta son recursos para evitar la rutina y su pronostico puede mejorar si ambos miembros de la pareja hacen algo por combatir el tedio.
Ascenso profesional no compartido. Por lo general estas crisis tienen lugar porque uno de los miembros de la pareja ha tenido un importante ascenso profesional en breve tiempo, dejando a su pareja en un cierto desnivel. Generalmente se da mas en hombres; las mujeres no han seguido los pasos de ellos porque han tenido otras ocupaciones y porque el hombre cada vez hace menos vida familiar.

Relación de los famosos al momento de ser padres


La fama no siempre es color de rosa, ya lo sabemos muy bien. Y como todo empieza en casa, es muy común que los famosos no tengan una buena relación con sus padres, ya sea porque los culpan de sus males o porque los grandulones hacen cualquier cosa por ganar un poco de la fama de sus hijos.
Vaya uno a saber por qué, esta mala relación se da particularmente entre hijas famosas y padres varones. Para que sepan de lo que hablo, hoy les traigo una breve reseña de los peores casos.
Jamie Spears Vs. Britney Spears. Con la excusa de que un juez dictaminó que Brit está desequilibrada, su padre tiene el control sobre sus finanzas y cobra 16 mil dólares mensuales de base tan sólo por cuidar a su hija, algo que cualquier padre “normal” haría de corazón y, por sobre todo, gratis. Lo peor: hace un año, Britney aseguró que su padre la amenazó varias veces con quitarle sus hijos. ¿A ningún juez se le ocurrió pensar que gran parte del estrés que carga Brit–Brit pueda provenir de la presión que le impone el Sr. Spears desde que era una niña?

Algunas mujeres pueden sufrir de depresión después del parto


La depresión post parto consiste en el desarrollo de una depresión en la madre tras el nacimiento de su hijo. A veces, esta depresión puede tener una fácil explicación, bien porque el hijo no ha sido deseado o porque no es normal. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la depresión parece no tener sentido: "Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada", "¿Qué me está pasando?", "El parto fue magnífico, mucho mejor de lo que esperaba, y todo el mundo se portó maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo debería dar saltos de alegría", "Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto", " Entonces, ¿Porqué no lo estoy disfrutando?, Quizás no valgo para ser madre".

Las mujeres que pasan por esta situación no son unas desagradecidas o unas malas madres sino que están experimentando una de las complicaciones más frecuentes del parto, la depresión post parto, un trastorno que todavía sufren en silencio un gran número de mujeres.
Estadísticas de la depresión posparto
La depresión post parto es una de las enfermedades más frecuentes tras el parto ya que afecta a una de cada diez parturientas. Cerca de 15% de las madres que acaban de dar a luz en el mundo sufren una depresión severa que les impide disfrutar de su maternidad. La mayoría de los casos surge en el primer mes tras el parto, aunque en ocasiones este trastorno puede dar la cara seis meses más tarde.
Causas de la "melancolía de la maternidad"
Todavía no se sabe, con exactitud porqué las mujeres desarrollan depresiones post parto como para poder estar seguros de quien la desarrollará y quién no. Probablemente no existe una causa única sino más bien diferentes tipos de estrés que pueden tener la misma consecuencia o que pueden actuar conjuntamente. Los niveles de hormona cambian durante el embarazo e inmediatamente después del parto. Esos cambios hormonales pueden producir cambios químicos en el cerebro que juegan un papel clave para causar la depresión. Además, existen algunos "factores de riesgo" que se debe conocer:

- Alguna historia previa de depresión (especialmente de depresión post parto).
- Falta de apoyo por parte de la pareja.
- Un bebé prematuro o con cualquier tipo de enfermedad.
- El que la nueva madre hubiera perdido a su madre cuando era niña.
- Una acumulación de acontecimientos vitales adversos, como el fallecimiento de un ser querido, la pérdida del empleo de la paciente o de su pareja, problemas económicos, problemas de vivienda.

Sin embargo, una mujer puede sufrir una depresión post parto sin que se aprecie ninguna razón obvia para la misma.

lunes, 21 de junio de 2010

El arte de amar entre padres e hijos


Al nacer, el infante sentiría miedo de morir si un gracioso destino no lo protegiera de cualquier conciencia de la angustia implícita en la separación de la madre y de la existencia intrauterina. Aun después de nacer, el infante es apenas diferente de lo que era antes del nacimiento; no puede reconocer objetos, no tiene aún conciencia de sí mismo, ni del mundo como algo exterior a él. Sólo siente la estimulación positiva del calor y el alimento, y todavía no los distingue de su fuente: la madre. La madre es calor, es alimento, la madre es el estado eufórico de satisfacción y seguridad. Ese estado es narcisista, para usar un término de Freud. La realidad exterior, las personas y las cosas, tienen sentido sólo en la medida en que satisfacen o frustran el estado interno del cuerpo. Sólo es real lo que está adentro; lo exterior sólo es real en función de mis necesidades -nunca en función de sus propias cualidades o necesidades-. Cuando el niño crece y se desarrolla, se vuelve capaz de percibir las cosas como son; la satisfacción de ser alimentado se distingue del pezón, el pecho de la madre. Eventualmente, el niño experimenta su sed, la leche que le satisface, el pecho y la madre, como entidades diferentes. Aprende a percibir muchas otras cosas como diferentes, como poseedoras de una existencia propia: En ese momento empieza a darles nombres. Al mismo tiempo aprende a manejarlas; aprende que el fuego es caliente y doloroso, que el cuerpo de la madre es tibio y placentero, que la mamadera es dura y pesada, que el papel es liviano y se puede rasgar. Aprende a manejar a la gente; que la mamá sonríe cuando él come; que lo alza en sus brazos cuando llora; que lo alaba cuando mueve el vientre. Todas esas experiencias se cristalizan o integran en la experiencia: me aman. Me aman porque soy el hijo de mi madre. Me aman porque estoy desvalido. Me aman porque soy hermoso, admirable. Me aman porque mi madre me necesita. Para utilizar una fórmula más general: me aman por lo que soy, o quizá más exactamente, me aman porque soy. Tal experiencia de ser amado por la madre es pasiva. No tengo que hacer nada para que me quieran -el amor de la madre es incondicional-. Todo lo que necesito es ser -ser su hijo-. El amor de la madre significa dicha, paz, no hace falta conseguirlo, ni merecerlo. Pero la cualidad incondicional del amor materno tiene también un aspecto negativo. No sólo es necesario merecerlo, mas también es imposible conseguirlo, producirlo, controlarlo. Si existe, es como una bendición; si no existe, es como si toda la belleza hubiera desaparecido de la vida -y nada puedo hacer para crearla-.
Para la mayoría de los niños entre los ocho y medio a los diez años (Cf. la descripción que de ese desarrollo hace Sullivan en The Interpersonal Theory of Psychiatry, Nueva York, W. W. Norton and Co., 1953.), el problema consiste casi exclusivamente en ser amado -en ser amado por lo que se es-. Antes de esa edad, el niño aún no ama; responde con gratitud y alegría al amor que se le brinda. A esa altura del desarrollo infantil, aparece en el cuadro un nuevo factor: un nuevo sentimiento de producir amor por medio de la propia actividad. Por primera vez, el niño piensa en dar algo a sus padres, en producir algo -un poema, un dibujo, o lo que fuere-. Por primera vez en la vida del niño, la idea del amor se transforma de ser amado a amar, en crear amor. Muchos años transcurren desde ese primer comienzo hasta la madurez del amor. Eventualmente, el niño, que puede ser ahora un adolescente, ha superado su egocentrismo; la otra persona ya no es primariamente un medio para satisfacer sus propias necesidades. Las necesidades de la otra persona son tan importantes como las propias; en realidad, se han vuelto más importantes. Dar es más satisfactorio, más dichoso que recibir; amar, aún más importante que ser amado. Al amar, ha abandonado la prisión de soledad y aislamiento que representaba el estado de narcisismo y autocentrismo. Siente una nueva sensación de unión, de compartir, de unidad. Más aún, siente la potencia de producir amor -antes que la dependencia de recibir siendo amado- para lo cual debe ser pequeño, indefenso, enfermo -o "bueno"-. El amor infantil sigue el principio: "Amo porque me aman." El amor maduro obedece al principio: "Me aman porque amo." El amor inmaduro dice: "Te amo porque te necesito." El amor maduro dice: "Te necesito porque te amo."
En estrecha relación con el desarrollo de la capacidad de amar está la evolución del objeto amoroso. En los primeros meses y años de la vida, la relación más estrecha del niño es la que tiene con la madre. Esa relación comienza antes del nacimiento, cuando madre e hijo son aún uno, aunque sean dos. El nacimiento modifica la situación en algunos aspectos, pero no tanto como parecería. El niño, si bien vive ahora fuera del vientre materno, todavía depende por completo de la madre. Pero día a día se hace más independiente: aprende a caminar, a hablar, a explorar el mundo por su cuenta; la relación con la madre pierde algo de su significación vital; en cambio, la relación con el padre se torna cada vez más importante.
Para comprender ese paso de la madre al padre, debemos considerar las esenciales diferencias cualitativas entre el amor materno y el paterno. Hemos hablado ya acerca del amor materno. Ese es, por su misma naturaleza, incondicional. La madre ama al recién nacido porque es su hijo, no porque el niño satisfaga alguna condición específica ni porque llene sus aspiraciones particulares. (Naturalmente, cuando hablo del amor de la madre y del padre, me refiero a "tipos ideales" -en el sentido de Max Weber o en el del arquetipo de Jung- y no significo que todos los padres amen en esa forma. Me refiero al principio materno y al paterno, representados en la persona materna y paterna.) El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más profundos, no sólo del niño, sino de todo ser humano; por otra parte, que nos amen por los propios méritos, porque uno se lo merece, siempre crea dudas; quizá no complací a la persona que quiero que me ame, quizás eso, quizás aquello -siempre existe el temor de que el amor desaparezca-. Además, el amor "merecido" siempre deja un amargo sentimiento de no ser amado por uno mismo, de que sólo se nos ama cuando somos complacientes, de que, en último análisis, no se nos ama, sino que se nos usa. No es extraño, entonces, que todos nos aferremos al anhelo de amor materno, cuando niños y también cuando adultos. La mayoría de los niños tienen la suerte de recibir amor materno (más adelante veremos en qué medida). Cuando adultos, el mismo anhelo es más difícil de satisfacer. En el desarrollo-más satisfactorio, permanece como un componente del amor erótico normal; muchas veces encuentra su expresión en formas religiosas, pero con mayor frecuencia en formas neuróticas.
La relación con el padre es enteramente distinta. La madre es el hogar de donde venimos, la naturaleza, el suelo, el océano; el padre no representa un hogar natural de ese tipo. Tiene escasa relación con el niño durante los primeros años de su vida, y su importancia para éste no puede compararse a la de la madre en ese primer período. Pero, si bien el padre no representa el mundo natural, significa el otro polo de la existencia humana; el mundo del pensamiento, de las cosas hechas por el hombre, de la ley y el orden, de la disciplina, los viajes y la aventura. El padre es el que enseña al niño, el que le muestra el camino hacia el mundo.
En estrecha conexión con esa función, existe otra, vinculada al desarrollo económico-social. Cuando surgió la propiedad privada, y cuando uno de los hijos pudo heredar la propiedad privada, el padre comenzó a seleccionar al hijo a quien legaría su propiedad. Desde luego, elegía al que consideraba mejor dotado para convertirse en su sucesor, el hijo que más se le asemejaba y, en consecuencia, el que prefería. El amor paterno es condicional. Su principio es "te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo". En el amor condicional del padre encontramos, como en el caso del amor incondicional de la madre, un aspecto negativo y uno positivo. El aspecto negativo consiste en el hecho mismo de que el amor paterno debe ganarse, de que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera. A la naturaleza del amor paterno débese el hecho de que la obediencia constituya la principal virtud, la desobediencia el principal pecado, cuyo castigo es la pérdida del amor del padre. El aspecto positivo es igualmente importante. Puesto que el amor de mi padre es condicional, es posible hacer algo por conseguirlo; su amor no está fuera de mi control, como ocurre con el de mi madre.
Las actitudes del padre y de la madre hacia el niño corresponden a las propias necesidades de ése. El infante necesita el amor incondicional y el cuidado de la madre, tanto fisiológica como psíquicamente. Después de los seis años, el niño comienza a necesitar el amor del padre, su autoridad y su guía. La función de la madre es darle seguridad en la vida; la del padre, enseñarle, guiarlo en la solución de los problemas que le plantea la sociedad particular en la que ha nacido. En el caso ideal, el amor de la madre no trata de impedir que el niño crezca, no intenta hacer una virtud de la desvalidez. La madre debe tener fe en la vida, y, por ende, no ser exageradamente ansiosa y no contagiar al niño su ansiedad. Querer que el niño se torne independiente y llegue a separarse de ella debe ser parte de su vida. El amor paterno debe regirse por principios y expectaciones; debe ser paciente y tolerante, no amenazador y autoritario. Debe darle al niño que crece un sentido cada vez mayor de la competencia, y oportunamente permitirle ser su propia autoridad y dejar de lado la del padre.
Eventualmente, la persona madura llega a la etapa en que es su propio padre y su propia madre. Tiene, por así decirlo, una conciencia materna y paterna. La conciencia materna dice: "No hay ningún delito, ningún crimen, que pueda privarte de mi amor, de mi deseo de que vivas y seas feliz." La conciencia paterna dice: "Obraste mal, no puedes dejar de aceptar las consecuencias de tu mala acción, y, especialmente, debes cambiar si quieres que te aprecie." La persona madura se ha liberado de las figuras exteriores de la madre y el padre, y las ha erigido en su interior. Sin embargo, y en contraste con el concepto freudiano del superyó, las ha construido en su interior sin incorporar al padre y a la madre, sino elaborando una conciencia materna sobre su propia capacidad de amar, y una conciencia paterna fundada en su razón y su discernimiento. Además, la persona madura ama tanto con la conciencia materna como con la paterna, a pesar de que ambas parecen contradecirse mutuamente. Si un individuo conservara sólo la conciencia paterna, se tornaría áspero e inhumano. Si retuviera únicamente la conciencia materna, podría perder su criterio y obstaculizar su propio desarrollo o el de los demás.
En esa evolución de la relación centrada en la madre a la centrada en el padre, y su eventual síntesis, se encuentra la base de la salud mental y el logro de la madurez. El fracaso de dicho desarrollo constituye la causa básica de la neurosis. Si bien está más allá de los propósitos de este libro examinar más profundamente este punto, algunas breves observaciones servirán para aclarar esa afirmación.
Una de las causas del desarrollo neurótico puede radicar en que el niño tiene una madre amante, pero demasiado indulgente o dominadora, y un padre débil e indiferente. En tal caso, puede permanecer fijado a una temprana relación con la madre, y convertirse en un individuo dependiente de la madre, que se siente desamparado, posee los impulsos característicos de la persona receptiva, es decir, de recibir, de ser protegido y cuidado, y que carece de las cualidades paternas -disciplina, independencia, habilidad de dominar la vida por sí mismo-. Puede tratar de encontrar "madres" en todo el mundo, a veces en las mujeres y a veces en los hombres que ocupan una posición de autoridad y poder. Si, por el contrario, la madre es fría, indiferente y dominadora, puede transferir la necesidad de protección materna al padre y a subsiguientes figuras paternas, en cuyo caso el resultado final es similar al caso anterior, o se convierte en una persona de orientación unilateralmente paterna, enteramente entregado a los principios de la ley, el orden y la autoridad, y carente de la capacidad de esperar o recibir amor incondicional. Ese desarrollo se ve intensificado si el padre es autoritario y, al mismo tiempo, muy apegado al hijo. Lo característico de todos esos desarrollos neuróticos es el hecho de que un principio, el paterno o el materno, no alcanza a desarrollarse, o bien -como ocurre en muchas neurosis serias que los papeles de la madre y el padre se tornan confusos tanto en lo relativo a las personas exteriores como a dichos papeles dentro de la persona. Un examen más profundo puede mostrar que ciertos tipos de neurosis, las obsesivas, por ejemplo, se desarrollan especialmente sobre la base de un apego unilateral al padre, mientras que otras, como la histeria, el alcoholismo, la incapacidad de autoafirmarse y de enfrentar la vida en forma realista, y las depresiones, son el resultado de una relación centrada en la madre.
Autor: Erich Fromm